SEVILLA, 4 (EUROPA PRESS)
La plataforma ciudadana que defiende la antigua fábrica de vidrios La Trinidad, enclavada en la avenida de Miraflores de Sevilla capital y cuya nave central, hornos y chimenea están protegidos como bien de interés cultural (BIC), ha apoyado la reivindicación vecinal de que las obras de urbanización de los suelos adyacentes al recinto prescindan del muro de “nueva creación” que según avisan está siendo levantado para sustituir precisamente a la tapia que separaba dicho recinto fabril de la avenida.
Los vecinos han celebrado el avance de las obras de urbanización del entorno de la antigua fábrica, icono de la arquitectura de la primera expansión industrial de Sevilla, merced al convenio firmado por el Ayuntamiento hispalense con la junta de compensación de los terrenos en los que se alza la emblemática planta.
Fue en 2001, recordémoslo, cuando la Consejería de Cultura acordó inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz varios elementos de este conjunto fabril de la avenida de Miraflores, en concreto la nave central, los hornos y la chimenea de la planta como lugar de interés etnológico. No obstante, la Consejería inició hace años otro expediente para catalogar también las naves dos y tres del recinto y unificar los activos protegidos en una única tipología: la de “lugar de interés industrial”.
La idea, según la negociación promovida años atrás con los propietarios de los terrenos, era ya ceder al patrimonio público los espacios protegidos a cuenta de sus restricciones en materia urbanística, para desarrollar urbanísticamente el resto de la parcela.
EL CONVENIO DEFINITIVO
Pero los plazos del proyecto inicial y la quiebra de la sociedad que poseía la mayor parte de los suelos agudizaron durante años el abandono y ruina del conjunto fabril, que fue objeto de diversas ocupaciones ilegales y episodios de expolio, si bien finalmente el destino del enclave fue reconducido gracias a un convenio entre el Ayuntamiento y la junta de compensación constituida para el desarrollo de los suelos, encabezada entonces por la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb).
Según el convenio firmado entre el Ayuntamiento hispalense y la junta de compensación, los espacios protegidos de la antigua factoría serían cedidos al Ayuntamiento tras las necesarias obras de consolidación y de seguridad a manos de la junta de compensación, que de su lado podría levantar más de 200 nuevas viviendas de renta libre en los terrenos del recinto excluidos de las medidas de protección.
LAS OBRAS DE URBANIZACIÓN
En ese marco, después de que el pasado mes de enero comenzasen las obras de urbanización del entorno de la antigua planta fabril, para que acogiesen una promoción inmobiliaria de 208 viviendas en seis parcelas residenciales; la asociación de vecinos de la zona de Retiro Obrero señalaba recientemente que la última actualización del Plan Especial de Reforma interior del entorno protegía de manera “sorpresiva” el muro que separaba la fábrica de la avenida de Miraflores, pese a que “ya en otras ocasiones se habló de que suponía un peligro para el ciudadano y un cúmulo de suciedad por la publicidad fijada en él”.
El colectivo señalaba que trasladó su deseo de que la actuación no conservase dicho muro, explicando que tras el comienzo de los trabajos de urbanización, al comenzar el verano esta tapia fue cubierta y “derribada” para la alegría vecinal, pero “a finales del mes de agosto arrancó la obra de un muro de nueva creación con una cimentación y un porte de cuatro metros”.
Por eso, el colectivo ha reclamado al Gobierno local “la eliminación del mencionado muro en las condiciones actuales”. “Entendemos que debe existir un cerramiento de protección y seguridad del edificio, pero existen muros transparentes que dejen ver y disfrutar lo que hay detrás, con rejas, barrotes u otro tipo, cómo han puesto en la zona final del muro”, precisaban.
La plataforma ciudadana de la antigua planta fabril se ha posicionado igualmente contra dicho muro, porque es un elemento “que separa, que imposibilita la visibilidad, que entorpece la conexión entre los espacios interior y exterior, que distorsiona la legítima incorporación para el disfrute, desde el espacio público de la avenida de Miraflores, de este magnífico patrimonio industrial ganado por la ciudadanía a la piqueta”.
“Hay numerosas soluciones para resolver adecuadamente el cerramiento de la Fábrica de Vidrio, conjugando la seguridad, con la transparencia y la belleza”, destaca el colectivo, reclamando una reunión urgente con el gerente de Urbanismo, Fernando Vázquez, y la edil responsable del distrito Macarena, Silvia Pozo.
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