SEVILLA, 23 (EUROPA PRESS)
El Instituto de Estudios Cajasol ha organizado este jueves una jornada destinada a analizar las novedades sobre los riesgos legales que actualmente asumen directivos y administradores de empresas y la implementación de una cobertura de responsabilidad civil adecuada con el fin de promover una cultura de responsabilidad y seguridad en el liderazgo empresarial y garantizar la estabilidad y sostenibilidad de la organización.
Pedro Abad, abogado y socio de Martínez Echevarría Abogados, ha presentado este evento junto a Antonio Martínez, director territorial sur de WTW, al que han asistido más de XXX representantes del ámbito empresarial. Juan Luis Pulido, abogado de Martínez Echevarría y catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Cádiz, ha analizado los fundamentos legales y los presupuestos de la responsabilidad de administradores, es decir, quién responde y de qué.
El experto ha hecho especial referencia a los comportamientos que exoneran a los altos cargos, al deber de diligencia y a la protección de la discrecionalidad empresarial, es decir, la actuación de buena fe, según lo recogido por el Instituto en una nota de prensa. Miguel Torres, socio coordinador del Departamento de Seguros en Martínez Echevarría, abogado especialista en seguros y reaseguros, ha planteado la responsabilidad de los administradores, comentando algunas sentencias relativas a los deberes de diligencia y lealtad, que obligan a los administradores a centrarse en los intereses de la entidad con independencia, atención, prudencia y cuidado.
Asimismo, se ha detenido en sentencias sobre coberturas del seguro de responsabilidad civil de administradores y directivos y los gastos de defensa. Para finalizar, Ulysses Grundey, director del Área de Seguros de D&O en WTW, ha abordado cómo las reclamaciones contra administradores, consejeros y altos directivos no han dejado de crecer en todo el mundo en los últimos años.
En palabras de Grundey, que cuenta con más de 17 años de experiencia en el sector, en España se ha pasado de una situación de escasa siniestralidad y poca concienciación del riesgo y su asegurabilidad, a un entorno “mucho más hostil para la ejercer como alto cargo en una empresa”. Para protegerse, las empresas y su dirección buscan cada vez más “una solución aseguradora” con el objetivo de reducir el “riesgo de la responsabilidad asumida en el ejercicio de sus funciones”.
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