SEVILLA, 26 (EUROPA PRESS)
El Espacio Santa Clara, perteneciente al Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), ha inaugurado este jueves, con la presencia de la delegada de Cultura, Minerva Salas, la exposición ‘Coreografía. Bailes y danzas de Vicente Escudero’, comisariada por Pedro G. Romero.
Desde este 26 de octubre hasta el 14 de enero de 2024, se podrá ver en los Dormitorios alto y bajo del espacio de la calle Becas esta muestra monográfica, coproducida por el Centro Federico García Lorca de Granada, el Museo Patio Herreriano y el Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Sevilla (ICAS).
La entrada a la exposición es gratuita y podrá realizarse en el horario habitual del Espacio Santa Clara de martes a sábado de 11,00 a 20,00 horas, domingos y festivos de 11,00 a 14,00 horas y lunes cerrados (excepto festivos).
Tras pasar por Granada y posteriormente por Valladolid, la exposición reúne en Sevilla medio millar de obras entre pinturas, dibujos, fotografías, objetos, vestuario, películas, documentos y carteles de la época, siendo la más grande dedicada hasta la fecha en torno a un artista que consiguió fama internacional a través de su “profusa y polifacética” manera de crear, lo que lo llevó a realizar trabajos importantes en distintos ámbitos.
Más allá del baile, participó en películas, teorizó sobre el flamenco, puso en valor el arte de distintas épocas y se consideró a sí mismo un visionario en su manera de hacer: “Cuando la Argentina estaba en Zuloaga, yo andaba ya en Picasso”, decía, ha recogido el Ayuntamiento hispalense en una nota de prensa. La muestra permite adentrarse en la faceta menos conocida del creador.
Enmarcado como bailaor flamenco en esa Edad de Plata de la danza española que supuso el inicio del siglo XX, su trabajo plantea de forma “radical” un modo de hacer particular en línea con las enseñanzas de las vanguardias pero, también, inventando una tradición que, a la postre, se conocerá como baile jondo o flamenco primitivo.
En este sentido, Salas ha destacado que “el flamenco es uno de los pilares culturales de la ciudad y una de las artes que mejor representa la idiosincrasia, la identidad y el carácter de Sevilla. Entre otras razones, porque el flamenco recoge en sí mismo esa Sevilla en la que conviven la tradición y la vanguardia”. Por otra parte, “pocos artistas como Vicente Escudero han ejercido, desarrollado y extendido de una forma tan magistral este arte que se encuentra tan indisolublemente vinculado a nuestra ciudad”, ha añadido.
Concretamente, a través de cinco áreas que recorren ‘Lo nuevo y lo viejo’, ‘El amor bujo, el Molinero’, ‘Los bailes primitivos flamencos’, ‘La seguiriya’, ‘Decálogo’ y ‘Flamenco de Castilla’, la exposición rinde homenaje a Vicente Escudero (Valladolid, 1888-Barcelona, 1980) en toda su plenitud como artista y performer, también como pintor, dibujante, y teórico, permitiendo descubrir a esta figura.
Así, como ha apuntado el comisario, “sus experiencias extremas, como el baile con motores en el París de los años veinte o el hecho de que bailase el silencio en Nueva York casi veinte años antes que Merce Cunningham, no deben de hacernos olvidar que fue un adelantado en subir los brazos por farrucas y alegrías o el primero en bailar la seguiriya”.
Escudero es el creador del concepto de baile jondo, siguiendo las dinámicas del Concurso de 1922 en Granada; inventa el ‘Decálogo’ como ordenanza básica de la tradición y se pone al rescate arqueológico de cantes y bailes que habían quedado fuera del canon, y amplía el territorio flamenco más allá de Andalucía. Notable artista del diseño gráfico, fue muy activo en la configuración de sus escenografías y vestuario, creando su propia imagen como creación construida, diseñada y autoconsciente, lo que ha influido en diversos artistas posteriores de distintas disciplinas como Benet Rosell y Israel Galván.
Hasta la fecha, puede considerarse como “uno de los más agudo e inteligentes artistas de la danza”. Bailó hasta una edad muy avanzada, lo que según su médico, el doctor Martorell le provocó los problemas de riego sanguíneo que padeció al final de su vida. Llevó su arte a Norteamérica con gran éxito, con actuaciones clamorosas por las que cobraba 2.000 dólares de la época y fue capaz de negarse a bailar ante Picasso porque le sugirió no pagarle, ha recogido el Consistorio en su comunicado.
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