SEVILLA, 30 (EUROPA PRESS)
Ecologistas en Acción Sevilla ha realizado un balance de las actuaciones emprendidas por la organización a pocas horas de despedir el 2023 y recibir el Año Nuevo, con especial énfasis en las amenazas que se ciernen sobre la provincia en materia medioambiental, y poniendo el foco, sobre todo, en la Doñana sevillana, “donde aún hay esperanza”.
“Dos hechos fundamentales han despejado tímidamente el horizonte para este espacio protegido, que va encaminado al colapso. Por un lado, la aplicación de la Ley sobre Extracciones Ilegales; por otro, las propuestas de restauración y recuperación de aportes de aguas superficiales que hay sobre la mesa”, destaca el colectivo en una nota de prensa.
Esgrime para ello la organización ecologista el hecho de que el Ministerio haya liberado una partida de 340 millones “para comenzar a revertir esta situación”. En este sentido, Ecologistas en Acción Sevilla desea que “se haya aprendido del pasado”, y que la aportación de aguas se realice “recuperando los antiguos caños cercenados, mediante una operación de reparación de gran calado”.
“El daño acumulado es tal que se precisa una renaturalización profunda, que sea capaz de remodelar los perfiles marismeños. Esto no se va a poder conseguir sólo desde el Guadiamar, es preciso también el concurso de aguas del Guadalquivir mediante la reconexión del río con el brazo de la Torre”, añade la entidad.
Estas actuaciones, según señalan los ecologistas, “obligan al Puerto de Sevilla a reconsiderar sus intenciones de ampliación del calado del río, cuyo dragados son los responsables de la elevada turbidez, uno de los grandes impactos socioambientales que supone el predominio de estas actividades en el Guadalquivir”
LA ‘AMENAZA’ DE LA MINERÍA
La minería constituye otra de las “grandes amenazas” para el territorio, en opinión de Ecologistas en Acción, a quienes suscita una “especial preocupación por las afecciones en Donaña”. “La ebullición de proyectos mineros, con el reciente concurso de 75 permisos de investigación minera en la provincia sevilla, se ha hecho más evidente al coincidir el 25 aniversario de la catástrofe de Doñana con la reapertura de la mina de Aznalcóllar”.
La buena noticia en materia de afecciones mineras en la provincia, según aseguran lo ecologistas, es “la firmeza y ejecución de la sentencia que declara la ilegalidad de la prórroga de la macrocantera de la Sierra de Esparteros en Morón de la Frontera”. De esta forma, ha traído consigo la paralización desde el pasado mes de septiembre “de esa actividad destructiva del paisaje y del medio ambiente desde hace más de 50 años”.
En materia de agua, Sevilla “sufre una escasez estructural” que, unida a las consecuencias del cambio climático, con frecuentes olas de calor y precipitaciones muy por debajo de la media histórica, “nos acerca al temido colapso hídrico”. Al respecto, “son numerosos los pueblos de la Sierra Norte y Sierra Sur –no conectados a un gran sistema de abastecimiento– que están soportando cortes diarios en el acceso al agua potable, a pesar de ser un derecho humano”.
“A pesar de contar con las herramientas para abordar las sequías, como el nuevo Plan Hidrológico, el Plan Especial de Sequía y los Planes de Emergencia por Sequía de los grandes abastecimientos urbanos, la gestión del agua sigue estando enfocada en priorizar su uso agroindustrial y turístico”, lamentan los ecologistas.
Además, “nuevas infraestructuras, como desaladoras, o trasvases entre cuencas no solucionan el problema de fondo: la sobreexplotación y la falta de gobernanza”, subrayan.
Por último, en Ecologistas en Acción Sevilla han alertado del “desmantelamiento” de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) de la campiña sevillana “por las transformaciones de cultivos herbáceos a leñosos principalmente olivar”.
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