SEVILLA, 25 (EUROPA PRESS)
La plataforma ciudadana en defensa del ficus centenario de la parroquia de San Jacinto ha celebrado este miércoles por la tarde una concentración ante el Ayuntamiento de Sevilla, cuyo pleno aprobaba recientemente una moción en demanda de suspender varios meses la decisión sobre su destino, ante el informe del Servicio de Parques y Jardines que certifica su “colapso final” tras “el descope total” por “el conato de tala de 2022”; proponiendo “la eliminación del árbol muerto y la plantación de un nuevo ejemplar”.
En el acto, Javier Ros, uno de los activistas de la plataforma, llamaba a los poderes a “una reflexión”, no sólo por el caso del ficus de San Jacinto, sino ante las “talas masivas” promovidas en lugares como Pino Montano por las obras del tramo norte de la línea tres del metro, respecto a lo cual la Junta, como promotora del proyecto, asegura que plantará nuevos ejemplares hasta cuadruplicar el número de árboles talados, nuevos árboles que necesitarán un periodo de crecimiento hasta alcanzar el porte necesario.
“No se puede talar primero y luego pensar”, ha dicho Javier Ros, llamando a aprender de los “errores o pecados por obra u omisión”, dada la situación del arbolado de Sevilla y las mermas sufridas en los últimos tiempos, periodo en el que de otro lado han continuado las campañas de replantación.
La citada propuesta plenaria, no vinculante, fue promovida por el grupo de Podemos-IU y contó con los votos a favor de la coalición de izquierdas y del PSOE y las abstenciones de Vox y el PP.
El citado informe municipal sobre el ficus de San Jacinto coincidía con la reciente efeméride de los dos años de la tala acometida en el árbol, una tala promovida por el párroco de San Jacinto y autorizada por el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PSOE y ahora por el PP.
Recordemos al respecto que el párroco, a la hora de promover la tala del portentoso árbol, esgrimía motivos de seguridad por sus caídas de ramas sobre la calle y además de mantenimiento, extremo este último objeto de un convenio final entre la Orden de los Dominicos, propietaria de la parroquia de San Jacinto, y el propio Consistorio.
El informe surge después de que el Ayuntamiento, gobernado por el socialista Antonio Muñoz a la fecha de los hechos y ahora por el popular José Luis Sanz, alertase semanas atrás de que el emblemático ficus padecía una grave “necrósis, agrietamiento, hongos y una pérdida considerable de tejido vivo”, encargando un informe técnico sobre el árbol para “decidir la actuaciones que se llevarán a cabo”.
En este marco, este informe del Servicio de Parques y Jardines aborda la situación del ficus y expone que “tras el descope total del ejemplar llevado a cabo en el conato de tala en pleno agosto de 2022, el árbol sufre una serie de circunstancias que han provocado su colapso final”; sobre todo por la “eliminación de toda la masa foliar”, la “exposición de toda la corteza de la estructura residual a la insolación estival y altas temperaturas” o la proliferación de “hongos saprofitos que aprovechan la debilidad y precariedad del ejemplar”, entre otros aspectos.
SIN “POSIBILIDAD DE RECUPERACIÓN”
Dado el caso, este informe que firma un ingeniero técnico agrícola concluye que “el ejemplar no tiene posibilidad de recuperación”, considerando que “la estructura actualmente existente se irá descomponiendo poco a poco a un ritmo no predecible que va a depender de los condicionantes atmosféricos y la actuación de los organismos saprofitos que actúen en sus tejidos”.
Así, el informe propone “la eliminación del árbol muerto y la plantación de un nuevo ejemplar perteneciente a una especie que pueda compensar los beneficios medioambientales, paisajísticos y ecológicos que proporcionaba el ficus en su máximo momento de esplendor huyendo de los conflictos que pudieran surgir en cuanto a funcionalidad, seguridad, competencia con espacio y molestias a los ciudadanos”.
La plataforma ciudadana en defensa del ficus viene defendiendo, recordémoslo, no sólo agotar hasta las últimas consecuencias las posibilidades de recuperación del ejemplar, sino además conservarlo íntegro en caso de su muerte final, como elemento de memoria y concienciación de las necesarias políticas de fomento del arbolado y el medio ambiente.
LA TALA DEL FICUS En concreto, en agosto de 2022, la Orden de los Dominicos, propietaria de la parroquia de San Jacinto, inició la tala del emblemático ficus del compás de dicho templo, extremo autorizado por el Ayuntamiento hispalense merced a la licencia solicitada por la orden; alegando el párroco que “cinco estudios” avalarían según aseguraba la “necesidad” de la tala a cuenta de las repetidas caídas de ramas, la más grave en marzo de 2021 con seis heridos en la vía pública, tres de ellos hospitalizados; así como la afección de sus raíces a la estructura del propio templo.
Entretanto, los vecinos contrarios a la tala avisaban de un “atentado incomprensible e inadmisible” al patrimonio arbóreo de Sevilla, recordando el carácter emblemático de este ficus y reclamando otras soluciones.
La tala fue comenzada pero cuando estaba en marcha, la licencia concedida por el Ayuntamiento hispalense a la parroquia fue suspendida de manera cautelar, tras ser recurrida la misma por vía judicial por la Asociación de la Jardinería Andaluza (AMJA).
SUSPENSIÓN DEL LITIGIO Y SUBVENCIÓN NOMINATIVA
Ya en septiembre de 2022, el juzgado suspendió el curso del litigio después de que todas las partes del procedimiento judicial hubiesen “presentado un escrito solicitando la suspensión del proceso, por encontrarse en vías de alcanzar un acuerdo” extrajudicial; y en abril de 2023 el Ayuntamiento aprobaba destinar 78.099 euros, a continuar con 32.920,55 en 2024, como subvención nominativa a la Orden de los Dominicos para sufragar el encargo de la misma al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre un dictamen en torno a “las posibilidades de supervivencia” del ficus de un modo en el que no incida en la seguridad arquitectónica del templo y de los viandantes.
En este marco, en agosto de 2023, el entonces nuevo alcalde hispalense, el popular José Luis Sanz, anunciaba un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Orden de Predicadores, para “una solución satisfactoria para todas las partes, garantizando el mantenimiento del ficus, que pasaría a ser competencia municipal, y desistiendo expresamente la orden de la licencia de apeo del árbol”.
Además, gracias a este convenio, el uso del jardín de entrada a la iglesia era cedido a la ciudad como nuevo espacio público para su uso y disfrute; incluyendo el acuerdo el desistimiento de la decisión municipal de abonar a la parroquia los 111.000 euros aprobados para que la iglesia pagase el mencionado estudio científico.
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