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También en la PNL proponen otorgar a título póstumo la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes
MÁLAGA, 16 (EUROPA PRESS)
El grupo parlamentario de Sumar en el Congreso de los Diputados ha registrado una Proposición No de Ley (PNL) en la que piden “el reconocimiento de la obra artística y su influencia cultural en España y América Latina de Miguel de Molina, víctima del franquismo perseguido por su orientación sexual y por su compromiso con la República”.
En la iniciativa, consultada por Europa Press, inciden en que la democracia española “está en deuda con artistas represaliados por el franquismo que dentro y fuera de nuestras fronteras alcanzaron enorme popularidad”. Entre esos artistas se encuentra el malagueño universal Miguel Frías de Molina (nacido en Málaga en 1908 y fallecido en Buenos Aires en 1993).
Miguel de Molina, como se le conoció artísticamente, nació en el popular barrio malagueño de Capuchinos en abril de 1908 en el seno de una familia humilde. Desde muy temprana edad sufrió acoso escolar –le llamaban “mujercita”– y se vio obligado a trabajar.
“Su origen andaluz, su condición social y su orientación sexual marcarían su personalidad y su arte, siendo un artista perseguido por ‘rojo’ y por homosexual por la dictadura franquista”, explican en la iniciativa, en la que añaden que con 22 años se instaló en Madrid y debutó con la llegada de la República en el teatro Romea.
En 1934 destacó con ‘El Amor brujo’ a la par que Federico García Lorca estrenaba ‘Yerma’. Así, puso de relieve un género musical reservado hasta entonces a las mujeres, la copla, con un estilo transgresor para la época. Un éxito que también se daría en Valencia.
Así, en los años 30 se convirtió en “el faraón de la copla” con ‘El día que nací yo’, ‘Triniá, ‘Te lo juro yo’, ‘La bien pagá’ y ‘Ojos verdes’, entre otras. Tras el golpe de Estado franquista se comprometió con la causa republicana y recorrió los frentes con sus actuaciones para elevar la moral de las tropas.
Fue un fiel defensor de la República de la mejor manera que sabía hacer, con la copla. No en vano, la copla se convirtió durante la República en la “canción española” que más tarde, durante la dictadura, sufriría la censura de sus letras y la instrumentalización del régimen.
“La censura, la represión y la asfixia moral de la dictadura franquista le llevaron al exilio, decisión que tomó tras sufrir una paliza a la salida de una actuación en el Teatro Pavón”, han recordado desde Sumar, al tiempo que también precisan que “le dieron una brutal paliza en los altos de la Castellana, le raparon y le hicieron beber aceite de ricino mientras le gritan. Se exilió en 1942 tras sufrir confinamiento en Cáceres y en Buñol, y verse privado de trabajar”.
Asimismo, recuerdan que recaló en Bueno Aires, Argentina, donde fue muy popular y reconocido, “pero fue devuelto a España por orden del gobierno franquista. Tras un año en España sufriendo el hostigamiento del régimen se marchó a México hasta que las presiones volvieron a obligarle a volver a Argentina, esta vez, se dice, bajo el auspicio de Eva Perón, donde permanecería hasta el final de sus días”.
Miguel Frías de Molina, Miguel de Molina, fue el “faraón de la copla” pero “también un intelectual, escritor, poeta, compositor, escenógrafo, coreógrafo y cronista que en sus diarios del destierro tuvo siempre muy presente a Andalucía, su patria chica que se llevó al exilio”.
Desde Sumar inciden en que “no tuvo los reconocimientos institucionales en vida que mereció. No fue hasta muy tarde, en 1992, cuando recibió la distinción de Caballero de la orden de Isabel la Católica, y, años después de su muerte fue declarado Hijo Predilecto de Málaga”.
Sin embargo, continúa la iniciativa, “el mundo de la cultura siempre lo tuvo muy presente como se ha manifestado en obras de teatro, películas y homenajes”.
Por todo ello, en la Proposición no de Ley piden que el Congreso de los Diputados inste al Gobierno a “reconocer al artista Miguel de Molina (Málaga, 1908-Buenos Aires 1993) como víctima del franquismo por su condición de homosexual y por su compromiso con la II República”.
También fomentar desde el Ministerio de Cultura la realización de estudios e investigaciones sobre su obra artística y su influencia cultural en España e Iberoamérica.
De igual modo, promover, en colaboración con las comunidades autónomas y las entidades locales que pudieran estar interesadas, la organización de exposiciones y conferencias, coloquios, jornadas divulgativas, etcétera, para la difusión de la obra artística y biografía de Miguel de Molina.
Por último, otorgar a título póstumo la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes a Miguel de Molina, en reconocimiento a su extensa obra y a su legado, como escritor, poeta, compositor, escenógrafo, coreógrafo y cronista comprometido con la libertad.
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