MÁLAGA, 21 (EUROPA PRESS)
La campaña arqueológica realizada este verano en el yacimiento del Cerro del Villar de Málaga capital ha sacado a la luz numerosos restos que han revelado la alta densidad de la ocupación que tuvo este núcleo fenicio entre los siglos VIII-VI antes de Cristo y ha puesto de manifiesto el buen estado de conservación de la estructura existente.
La campaña ha contado con una subvención de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte a la Universidad de Málaga (UMA) de 40.000 euros para la ejecución de los trabajos.
Los resultados de la campaña han sido presentados este jueves por la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte, Gemma del Corral, el director del equipo investigador, José Suárez Padilla, que es profesor del Área de Prehistoria del Departamento de Ciencias Históricas de la UMA; el concejal de Recursos Humanos, Calidad y Turismo de Málaga, Jacobo Florido; y el presidente de la Fundación Málaga, Juan Cobalea.
Los objetivos de la campaña de este año en el asentamiento han consistido en conocer en extensión una de las residencias fenicias de los siglos VIII-VII a.C. (sector 13), una de las más antiguas de la bahía de Málaga.
Las excavaciones han permitido conocer cómo se organizaba un inmueble de la época, en el que se ha observado la existencia de sectores de taller, dedicados a actividades metalúrgicas, así como otros de almacenamiento o de carácter doméstico, conformando un gran complejo ordenado a partir de un espacio central, con más de una decena de habitaciones.
El director del equipo investigador, José Suárez, ha destacado el buen estado de conservación de los muros, construidos con barro y piedra y recrecidos con adobe, que superan en algún caso el metro de altura.
Por otra parte, en los sectores 11 y 12, se ha podido documentar parte de un gran inmueble con una longitud de más de veinte metros, con un par de crujías y estancias destinadas a preparación de alimentos y almacenamiento.
Este complejo se disponía orientado hacia una posible zona portuaria y se han documentado diversos muros destinados a proteger el yacimiento de las crecidas del río y de los temporales de levante, poniendo de manifiesto el carácter vulnerable de este asentamiento fenicio, dispuesto sobre un islote localizado en un amplio delta.
Igualmente, se han constatado la existencia de diversos avances del asentamiento hacia la orilla, conforme fue colmatándose a lo largo de los siglos.
Uno de los hallazgos más interesantes ha sido un espacio que cuenta con un empedrado de guijarros y de conchas marinas, cuidadosamente dispuestas en el suelo, y que por la tradición fenicia se asocian a un lugar de carácter ritual, donde los moluscos tienen un papel “protector del mal”.
En el entorno de dicho espacio se han identificado ofrendas consistentes en platos dispuestos en pequeñas fosas excavadas en el suelo, o restos de actividades de consumo, en los que destaca la importancia del aprovechamiento de los recursos marinos: coquinas, almejas, lapas o búsanos.
APARECEN, POR PRIMERA VEZ, RESTOS ROMANOS
Para los investigadores, con la campaña arqueológica de este verano ha quedado de manifiesto, además de la alta densidad de la ocupación del asentamiento, la existencia de diversas fases y episodios de destrucción, destacando que “el potencial del asentamiento para la investigación de la primera presencia en el sur de la península ibérica resulta excepcional”.
Según ha explicado José Suárez, otro de los hallazgos especiales de la campaña ha sido que, por primera vez, se han encontrado restos romanos, en concreto de una fábrica de salazones, alejada de lo que es el núcleo fenicio del asentamiento.
Así, se ha podido constatar la existencia de un sector dedicado a la producción de salazones en época romana (sector 14). Se trata de los restos de una factoría alejada del núcleo fenicio, de la que se ha excavado una de las numerosas piletas que la conforman, en cuyo interior han aparecido materiales arqueológicos que permiten fechar su uso entre los siglos IV-V d.C.
Este nuevo sector, identificado gracias a los trabajos de prospección geofísica del subsuelo (geomagnética y georradar) enriquece también el potencial patrimonial y científico del yacimiento del Cerro del Villar.
La campaña que acaba de finalizar corresponde a la segunda fase del Proyecto General de Investigación (PGI) ‘Cerro del Villar: naturaleza y temporalidad del proyecto territorial fenicio arcaico en la Bahía de Málaga (2022-2025)’, autorizado por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, que ha aportado una subvención a la UMA de 40.000 euros para la ejecución de los trabajos de esta anualidad.
Además, el proyecto cuenta con la participación de distintas Áreas del Ayuntamiento malagueño –Cultura, Urbanismo y Distrito de Churriana– y de la Fundación Málaga, tanto para la implantación de infraestructuras –toma de agua, trabajos de protección de las estructuras, carpas y mobiliario de campo– como para tareas de procesado de materiales arqueológicos y divulgación de resultados.
Durante la presentación de los resultados, Gemma del Corral ha destacado que esta campaña supone “un antes y un después” en el conocimiento del yacimiento, dada la importancia de los hallazgos, al mismo tiempo que puesto en valor “la importante implicación” de la Junta de Andalucía con esa subvención de 40.000 euros.
Del Corral ha explicado que este Programa General de Investigación se prolongará en el asentamiento hasta 2025 y según los resultados podrán “ir tomando decisiones que nos ayuden a ver el futuro del yacimiento”. En este sentido, ha añadido que “esta campaña nos ha llenado de ilusión porque hemos podido avanzar y concluir que el estado de los restos está en mejores condiciones de lo que en un principio se podía pensar, lo que nos abre un escenario bastante más ambicioso del que teníamos”.
No obstante, la delegada ha hecho también un llamamiento a la prudencia porque sólo cuando se acaben las excavaciones, para lo que aún quedan algunas campañas y en base a los estudios técnicos, se podrán tomar decisiones sobre la conservación, mantenimiento y eventual puesta en valor del yacimiento.
Por su parte, el presidente de la Fundación Málaga, Juan Cobalea, se ha mostrado satisfecho con los resultados de la campaña y ha recordado el compromiso de la institución que preside con los “buenos proyectos” culturales de la ciudad.
El equipo dirigido por Suárez Padilla ha estado formado por un nutrido grupo de investigadores de la UMA que forman parte del Departamento de Ciencias Históricas (investigadores de las áreas de Arqueología e Historia Antigua), así como de otros especialistas de las Facultades de Ciencias y Turismo y del SCAI.
También están vinculados al PGI estudiosos de otras universidades andaluzas, como Sevilla, Córdoba o Jaén. Además, han colaborado investigadores de distintas universidades extranjeras, como Chicago (EEUU) o Marburg (Alemania), que garantizan la internacionalización de la iniciativa y el necesario carácter interdisciplinar de un proyecto de esta entidad y características.
Igualmente, el proyecto se ha llevado a cabo gracias a la participación de un amplio grupo de voluntarios de diversas nacionalidades (unas 80 personas), mayoritariamente alumnos y egresados del Grado de Historia de la UMA y de la Universidad de Chicago, que han podido participar en la excavación arqueológica de un yacimiento emblemático, y conocer de primera mano la metodología de investigación, que se lleva a cabo con medios técnicos de última generación.
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