MÁLAGA, 14 (EUROPA PRESS)
El director Carlos Kaiser ha presentado este martes su ópera prima, ‘Zapatos rojos’, en el 26 Festival de Cine de Málaga, en cuya sección oficial compite representando a Méjico. Se trata de una reflexión emocional sobre la masculinidad, la paternidad y la violencia.
La trama cuenta la historia de Tacho, un anciano que vive en un pueblo perdido de Méjico cuando recibe la noticia de la muerte de su hija. Al viajar a la gran ciudad para traer de vuelta su cuerpo, se encuentra con un mundo que le resulta completamente ajeno.
El coguionista y realizador de la cinta, Carlos Kaiser, ha participado en rueda de prensa tras su exhibición en el cine Albéniz junto con la guionista Adriana González y los productores Tommaso Cerqueglini, Paolo Ansaldi y Gabriela Maldonado.
El presidente de la Academia de Cine española, Fernando Méndez-Leite, ha ejercido como maestro de ceremonias y la ha introducido como “sin duda, una de las joyas que tenemos en la selección de este año” y “una película preciosa”.
“Es un proyecto que se intentó hacer con mucho amor y con mucha verdad. Habla sobre la energía masculina, cómo se debe usar y las terribles consecuencias de usarla de una manera incorrecta”, ha explicado Kaiser. Desde su perspectiva, intentaron tratar “un tema complicado, como es el de la violencia de la mujer, desde una perspectiva que intentamos que no fuese política, coyuntural o provocadora”.
Una de sus decisiones artísticas fue la de centrar la película en el rango emocional y no en el cerebral, para lo que crearon “una historia no muy complicada para que la gente no usase tanto la cabeza y pudiera concentrarse en lo que está sintiendo”, ha indicado: “Los sentimientos son infinitos y universales. Estoy convencido de que la reflexión profunda tiene que venir desde ahí”.
“Siempre intento que un proceso artístico termine en algo más elevado, te transforme y algo suceda. Con un poco de suerte, transforma también a la gente que vio la película”, ha reflexionado Kaiser, que también ha contado que trató de hacer una cinta “de dos energías”: una primera parte rural y muy masculina frente a una segunda urbana más y femenina.
Para la coguionista del filme Adriana González, “lo complicado fue entender que se quería reflejar una historia de amor, más que de padre e hija”. “El amor es un suceso que solo podemos comprender con el paso del tiempo. Al perder lo amado, descubrimos qué es lo que se depositaba en aquello que perdemos”, ha argumentado.
Otra de las cuestiones tratadas en la historia es la social: “Viviendo donde vivimos, es obligatorio tratar temas sociales en México”, ha defendido la productora Gabriela Maldonado. “Yo siento que avanzamos peligrosamente hacia un lugar muy oscuro en el que el tejido social se está disolviendo”, ha añadido Carlos Kaiser.
“Esta es su ópera prima, pero creo que es el director con el que he trabajado que más claro tenía cómo quería que se viera su película”, ha reconocido Maldonado, que también ha expresado que “lamentablemente, es más probable que esta película tenga mejor acogida en plataformas y canales de distribución europeos que en Méjico”. “Pero vamos a luchar por ella”, ha sentenciado su realizador.
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