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El Museo Casa Natal Picasso presenta por primera vez en Málaga la obra de Bernardí Roig

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MÁLAGA, 19 (EUROPA PRESS)

El artista mallorquín Bernardí Roig expone por primera vez en Málaga y lo hace con ‘El último rostro y la afonía del Minotauro’ en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Casa Natal Picasso.

La muestra, que se inaugurará este miércoles a las 20.15 y se podrá ver hasta el 28 de mayo de 2023, se extiende a la Colección del Museo Ruso y el Centre Pompidou Málaga y está incluida dentro del programa internacional de actos para la conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Pablo Picasso. Asimismo, forma parte de la celebración del XXXV Octubre Picassiano.

Así, ha sido presentada este miércoles por el propio artista junto a la concejala de Cultura, Noelia Losada; el director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros Equipamientos Museísticos y Culturales, José María Luna; el responsable territorial en Andalucía, Ceuta y Melilla de la Fundación “la Caixa”, Juan Carlos Barroso, y el director comercial de Andalucía Oriental Sur de CaixaBank, Gerardo Cuartero.

Bernardí Roig, considerado en la actualidad como uno de los artistas españoles con mayor recorrido internacional, muestra en la Sala de Exposiciones Temporales de la Plaza de la Merced el proyecto ‘Entre el espejo y la máscara’, que se articula a partir de una interpretación del considerado último autorretrato de Picasso, fechado a 30 de junio de 1972.

En esta pieza se contempla la imagen frontal de una cabeza que abarca la totalidad de la superficie del papel y cuya mirada es tan intensa que los ojos ya no le caben en el semblante. Hizo otro muy similar dos días después, ‘Figura’, en este caso en blanco y negro y en el que Picasso se ha arrancado un pedazo de cráneo, se ha vaciado la mirada, dejando las cuencas oculares a la intemperie, se ha quedado sin labios y muestra una dentadura descarnada.

“Yo creo que es el retrato de la muerte”, ha señalado el autor. Por eso, ha decidido traerlo “al lugar donde nace, para mí es el hilo esencial del proyecto, aquí se tenía que mostrar la última imagen”. Obsesionado por esos dos dibujos, el artista realizó en 2017 la serie ‘The last portrait’, embrión de todo este proyecto.

Cinco dibujos son el trayecto de una imagen, el último autorretrato de Picasso, “el rostro al que uno se precipita, el armazón óseo descarnado en el que nos quedamos”, ha reflexionado Roig, al tiempo que lo ha descrito como “un cráneo ya despojado de toda carnalidad, es un cuerpo que ya se ha quedado sin sombra, por eso cruje, y en ese crujido empecé a elaborar ese proyecto”.

A partir de esa serie, y a través de distintos soportes y formatos, se articulará el proyecto ‘El último rostro y la afonía del Minotauro’. Dibujos, esculturas, instalaciones lumínicas, grandes bloques de luz coagulada, texto, fotografía y vídeo proponen un itinerario para abordar la imposibilidad de acceder a un rostro y su mirada, su representación y la máscara y el espejo que lo camuflan.

Losada ha asegurado que el título de la muestra es de “una enorme potencia evocadora” y ha explicado que está basada en formatos múltiples, donde cada formato “tiene su propio diálogo”. De esta forma, repasa también la relación de Picasso con la tauromaquia, continuando el nuevo esquema de la Casa Natal, donde hay un espacio dedicado a este aspecto.

Luna ha explicado que esta exposición “se fue esponjando y madurando en la pandemia y ha trascendido los muros de la Casa Natal”, haciendo alusión a la intervención de Roig en la fachada del edificio.

“Se podrá disfrutar de la obra de un artista de gran proyección intencional, quizás de las más importantes de su generación, en una obra sólida, conceptual y plástica”, ha subrayado, al tiempo que ha asegurado que el autor “interpela, nos pone ante distintas circunstancias y en esta situación se refiere a Picasso y a la casa donde nació, y en el 50 aniversario de su fallecimiento nos parecía muy pertinente hacer esta exposición”.

En este sentido, Barroso ha considerado “acertadísimo” plantear una exposición como esta en la conmemoración de este aniversario, y Cuartero se ha mostrado “encantado” de poder colaborar con ella a través de su organización.

EL CENTRE POMPIDOU MÁLAGA

Así, el Cubo del Centre Pompidou Málaga también forma parte de esta muestra, y albergará ‘El laberinto de luz y la cabeza del Minotauro’. Esta instalación está compuesta por 25 bloques de poliestireno expandido, formando un laberinto de luz compacta, “que podría ser un recinto para el silencio, un palacio de Esparta o un templo cristiano”.

Según ha explicado el artista, “Picasso permanecerá ocultado, media vida creativa, por la máscara del Minotauro para camuflar su dualidad. Un ciclo de vida, violencia, muerte y resurrección que se renueva con la tensión de cada trazo sobre un trozo de papel y conjura nuestro destino trágico”.

La cabeza del Minotauro, en esta instalación, es una reproducción exacta, fundida en aluminio a escala real, del Bou de Costitx, exponente fundamental de la cultura Talayótica balear y datada entre los siglos V y III a.c. El original se encuentra actualmente en el Museo Arqueológico Nacional.

LA COLECCIÓN DEL MUSEO RUSO

Además, en la Colección del Museo Ruso se puede contemplar ‘Shadow dancers’, una instalación compuesta por cuatro pequeñas bailarinas de bronce cromado suspendidas del techo, que ocupará una de las salas de la exposición actual ‘Incesante Picasso. Obra y vida’.

Esta instalación, insertada en el corazón de dicha muestra, explora la gran influencia de Degas en la obra de Picasso, y muy especialmente el tema de la bailarina. “Estas pequeñas figuras con algunas de sus piernas inacabadas están sostenidas, en rotación permanente, en el vacío y proyectan sombras superpuestas de su propia lentitud sin música”, han detallado.

Frente a esa danza silenciosa aparece un dibujo, ‘Cap Negre, 2021’, “un intento de introducir el tiempo en la imagen sin que la imagen se mueva”. El marco de tela camufla un dispositivo de audio con la grabación del sonido de un reloj de pared. “Insistente, preciso y garante de nuestro final. Ese sonido es el tiempo de la imagen que calla, no que enmudece. La imagen que vemos es la del último rostro que ha perdido toda su carne”, ha destacado Roig.

El artista también ha subrayado que su intención es construir un itinerario a través de tres puntos, que son el laberinto, el último retrato y la relación de Picasso con Degas, quienes, según ha explicado, no se conocieron pero llegaron incluso a compartir modelos.

Además, ha creado un hilo conductor que consiste en disponer un espejo en cada museo a la altura de un rostro, un espejo que considera “el almacén de nuestras miradas y de nuestras caras, de nuestro semblante, no es un espejo inocente”. Para él, la exposición “se completa con cara mirada nueva y se convierte en una imagen”, poniendo frente al destino y trabajando con la muerte.

Según ha podido saber, la muestra “funciona”. “Puede aparecer triste porque no hay mucha luz y solo es el rostro de la muerte, pero somos muerte, somos un conglomerado de comunicación sobre la muerte”, ha concluido.


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