SEVILLA, 4 (EUROPA PRESS)
Una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha arrojado que el 33% de los andaluces consume agua embotellada en su domicilio frente al 41% a nivel nacional. Además, en Andalucía el número de residentes “descontentos” con la calidad del agua del grifo es superior al 19%. Desde la entidad recomiendan beber agua corriente del grifo, aunque matizan que en determinadas zonas es habitual recurrir al agua mineral envasada para beber o cocinar debido al “sabor desagradable” que pueden provoca la dureza, la cal o las sales que contenga el agua de algunos lugares.
Así, a pesar de sostener que beber agua del grifo debería de ser la primera opción, –ya que han comprobado por medio de estudios que, en la mayoría de poblaciones españolas, el agua es “de calidad” y no tiene contaminantes — un “número elevado” de consumidores recurren a diario al agua mineral embotellada debido a la dureza del agua corriente en su zona . En este caso, la OCU aconseja comprar aguas minerales de manantiales situados en la misma región del consumidor, tanto por el “menor impacto medioambiental” que genera su transporte, como porque suelen ser “más baratas”.
La organización ha recogido en un mapa los índices de dureza del agua –en grados franceses– en diferentes puntos del país. En la zona occidental de Andalucía, destaca el agua poco dura –entre los 12 y los 30 grados– de las provincias de Sevilla, Cádiz y Granada. Por otro lado, en la parte de Andalucía oriental, señala el agua dura –entre 30 y 40 grados– de la provincia de Jaén; y el agua muy dura –más de 40 grados y el nivel más alto de dureza– de Almería. Sin embargo, no ha resaltado ningún punto de la comunidad donde pueda encontrarse agua blanda –menos de 12 grados y el nivel más bajo de dureza–.
SEVILLA Y MÁLAGA, ENTRE LAS CIUDADES CON EL AGUA ENVASADA MÁS BARATA
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el precio medio del agua mineral envasada es de 0,21 euros por litro. Si se consumen a diario unos dos litros al día– que es la cantidad que aconseja la OCU–, el consumidor puede llegar a pagar unos 150 euros al año, mientras que el agua del grifo supone un gasto de poco más de un euro anual, además de ocasionar un impacto ambiental “al menos cien veces inferior” si se consume agua corriente.
De acuerdo con la OCU, el precio es el criterio que guía la elección de seis de cada diez compradores de aguas envasadas. Han realizado un análisis de la oferta de las aguas minerales envasadas –tanto con gas como sin gas– en distintos establecimientos de nueve ciudades españolas, entre ellas Sevilla y Málaga, con el fin de comprobar si variaba el precio entre establecimientos y ciudades –teniendo en cuenta que en algunos lugares el agua del grifo “no es la mejor” para beber–.
Han determinado que las aguas de marca blanca son en general un 52% más baratas que las de marca comercial –cuestan de media 0,42 euro frente a 0,87 euro/litro– y que la diferencia es “aún más marcada” en las aguas con gas que en las aguas minerales sin gas. De igual forma, han observado que Sevilla y Málaga son las ciudades con el precio del agua más barato, mientras que en otras donde se bebe mucha agua envasada, como Madrid o Valencia, es más cara.
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