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JAÉN, 13 (EUROPA PRESS)
La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha condenado a seis miembros de una misma familia –tres hombres y tres mujeres– a dos años de cárcel y al pago de una multa individual de 1.080 euros por formar parte de un grupo organizado que se dedicaba a falsificar ropa de marca y a su posterior venta a gran escala.
Es la pena que se les ha impuesto después de todos los acusados en el juicio celebrado este jueves en la Audiencia de Jaén se hayan declarado culpables de un delito contra la propiedad industrial y se hayan conformado con la pena propuesta por el Ministerio Fiscal y a la que se han adherido todas las partes.
El fiscal, que inicialmente reclamaba para cada uno de ellos una pena de tres años de cárcel y multas individuales de 9.000 euros, ha tenido en cuenta que los acusados han depositado en el juzgado cerca de 13.500 euros en concepto de responsabilidad civil a dos de las marcas perjudicadas, aunque les falta por hacer frente a otros 96.000 euros más a una decena de marcas.
Además, como accesoria, la condena incluya también la inhabilitación especial durante dos años para dedicarse a la venta al por mayor.
El juicio responde a la operación desarrollada en Jaén en septiembre de 2022 cuando además de la detención de los seis acusados, se intervinieron en cinco registros 4.000 prendas de ropa falsificada y otras 4.000 prendas que aún no habían sido falsificadas.
Según el Ministerio Público, desde al menos enero de 2021, todos los acusados, “puestos previamente de común acuerdo y guiados por un ánimo de beneficio económico ilícito”, habían ido adquiriendo prendas de vestir tales como pantalones, camisetas, sudaderas, zapatillas o calzoncillos para “sin conocimiento ni consentimiento de los legítimos titulares de las marcas y patentes, estampar diferentes marcas y vender las prendas a través de internet, whatsapp o mercadillos”, originando un perjuicio a los legítimos titulares de las patentes y marcas.
Según informó en su día la Policía Nacional, el grupo se servía de dos naves industriales y tres domicilios en las que falsificaban prendas de bajo costo y mala calidad, haciéndolas pasar por originales de grandes y conocidas marcas.
La operación policial, denominada ‘Rebastión’, supuso también la incautación de gran cantidad de útiles para realizar las falsificaciones, cuatro máquinas termoselladoras y abundante documentación.
La investigación comenzó tras comprobar que la venta de ropa de marcas falsificadas había aumentado considerablemente, especialmente en los mercadillos de la provincia. Por ello se inició la investigación en la que se puso de manifiesto que la falsificación y comercialización se estaba realizando en talleres clandestinos ubicados en diferentes puntos de Jaén capital, teniendo el centro de mando en un conocido y céntrico barrio de la capital donde residían los seis arrestados. Además se constató que llevaban varios años desarrollando esta actividad ilícita.
Para la realización de las falsificaciones, los arrestados disponían, además de sus propios domicilios, de dos naves industriales en las que almacenaban la ropa, la falsificaban y posteriormente la vendían, principalmente online, llegando a ser identificados hasta tres talleres clandestinos donde llevaban a cabo las distintas fases de la operación de falsificación.
Los acusados adquirían ropa sin marca de bajo coste para luego imitar a las prendas de las marcas que posteriormente falsificaban mediante elementos de serigrafía, etiquetas y restos de accesorios necesarios para hacer creer al comprador que aquello que adquiría era legítimo y de calidad.
La investigación de Jaén se cruzó con una investigación que estaba desarrollando la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) de Badajoz, que había detectado que esta organización criminal remitía multitud de prendas a la mencionada provincia extremeña.
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