BAEZA (JAÉN), 27 (EUROPA PRESS)
La doctora en Psicopedagogía por la Universidad de Jaén (UJA) África María Cámara ha abogado por que la metodología de Aprendizaje-Servicio (ApS), que consiste en vincular el aprendizaje del alumnado con un servicio a la comunidad, atienda las necesidades de este tipo de alumnado y le ofrezca herramientas para superarla las dificultades.
En una entrevista con Europa Press, Cámara ha destacado que el Aprendizaje-Servicio “se basa siempre en una necesidad de un entorno en concreto”. La experta ha impartido esta semana una ponencia sobre esta metodología en un curso de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), en la sede de Baeza (Jaén), dedicado a mejorar recursos de las competencias profesionales de los docentes.
La psicopedagoga ha ejemplificado esta disciplina con un centro educativo con el que ha colaborado desde la UJA y que “necesitaba materiales para niños con dificultades”. “Dentro de una asignatura de educación especial se le ofreció a ese centro escolar que colaborásemos con materiales específicos, como por ejemplo para enseñar a leer y a reconocer letras”, ha explicado.
Así, los alumnos de la Universidad “tuvieron que investigar sobre la necesidad que tenían esos niños y responder a su caso concreto”. Pero no solo se han centrado en este tipo de casos, pues según ha incidido, la metodología ApS “trata de detectar cualquier necesidad”, como “el apoyo a familias para ayudar a sus hijos en el aprendizaje o a establecer límites cuando hay problemas de comportamiento o agresividad”.
En cuanto al sistema educativo, Cámara ha opinado que “necesita estabilidad a nivel legislativo”, por lo que ha reclamado “un pacto de todos los partidos”. Además, “aunque sea un tema muy recurrente, es necesario que el profesorado y la sociedad ponga un objetivo claro para mantenerlo y esperar a que den fruto”, ya que “si continuamente estamos cambiando las leyes, es imposible saber si van a funcionar”.
Sobre el actual sistema autonómico de la educación, ha manifestado que “sería importante que no hubiese desigualdad”, algo que ha ejemplificado con los exámenes de selectividad, donde “algunas comunidades se quejan de que, en otras, las pruebas son más fáciles”. Por último, ha abogado por “establecer unos mínimos”, si bien ha apoyado que “es bueno que cada comunidad tenga sus necesidades y que se plasmen en el currículum”.
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