HUELVA, 1 (EUROPA PRESS)
Los días 8 y 9 de octubre Vox celebrará su nueva edición de VIVA, con la historia de España como principal protagonista del acontecimiento, destacando un personaje por provincia y en el caso de Huelva, el partido destacará la ilustre figura del Premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez.
“El literato onubense es archiconocido en toda Huelva; su legado cultural es una de las señas de identidad de nuestra tierra, siendo Platero y yo su obra más destacada. También da nombre al hospital general de la capital de la provincia”, ha apuntado el partido en un comunicado como principales motivos para elegirle.
Juan Ramón Jiménez nació en Moguer el 23 de diciembre de 1881, en el seno de una familia dedicada al comercio de vinos. Aprendió a leer y escribir en su localidad natal, para más tarde completar sus estudios en Huelva y Puerto de Santamaría. Sevilla sería su próximo destino, con el objetivo de iniciar una carrera como pintor.
En la capital hispalense frecuentó diferentes espacios de gran efervescencia cultural, como el Ateneo o La Biblioteca y también comenzó a colaborar con cabeceras locales y revistas en las que empieza a publicar sus primeros textos literarios, en prosa y en verso, integrando un estilo romántico ymelancólico con el afán de la denuncia social.
Con el inicio del siglo XX, Juan Ramón se traslada a Madrid, atraído por el ambiente modernista de la capital. Allí publica sus primeros libros de textos: Niinfas y Almas de violeta. La muerte de su padre y una ruina familiar sumieron al escritor onubense en una profunda depresión que le llevó a ingresar en diversos sanatorios.
En 1906 regresa a Moguer y permanece allí hasta 1912, desarrollando una de las fases más prolíficas en su producción literaria, en la que escribe su obra más notable, Platero y yo, publicada en una edición reducida en 1914 y completa en 1917. En su retorno a Madrid, conoce a Zenobia Camprubí, mujer con la que contrae matrimonio en 1916 y que marca profundamente su vida personal y literaria. Recién casado y en plena madurez creativa, comienza a ser visto como maestro por muchos poetas jóvenes. Publica entonces obras como Eternidades, Piedra y cielo y un sinfín de antologías.
La biografía que expone sobre él la formación remarca además la aparición de una nueva generación de literatos, que “resquebraja poco a poco el ambiente intelectual que había vivido en Madrid y ello le sume en nuevas depresiones nerviosas”. Con la llegada de la Guerra Civil, firma un manifiesto de apoyo al Gobierno republicano y trabaja en la Junta de Protección de Menores. “Pero el irrespirable clima que envuelve a Madrid provoca que, junto a su esposa, abandone España y emprenda un periplo por Estados Unidos, Puerto Rico y Cuba, donde trabaja como profesor en la Universidad de Maryland y, en sus últimos años, en la Universidad de Puerto Rico, en una etapa marcada por las enfermedades de Zenobia y su débil estado de salud”.
En 1956 recibe el Premio Nobel de literatura, en homenaje a toda su obra, y tres días después fallece su esposa. Jiménez fue ingresado en un hospital pisquiátrico, falleciendo por bronconeumonía en mayo de 1958. Su sobrino Francisco Hernández Pinzón consiguió la repatriación de los cuerpos del matrimonio a España y recibieron sepultura en Moguer.
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