HUELVA, 16 (EUROPA PRESS)
Uno de los acusados por la muerte de dos personas cuyos cadáveres aparecieron en un pozo de una finca de Cartaya (Huelva) en 2019, ha admitido que fue él (J.M.P.P) quien disparó a S.V.C a su llegada a la zona, pero ha desmentido haber tenido nada que ver con la muerte de M.B.G, al que, según su versión, fue el otro acusado quien le “quitó la escopeta” y “empezó a golpearlo” hasta que falleció, al tiempo que ha explicado que, tras ello, ambos arrastraron los cuerpos al pozo al que los “arrojaron y taparon”.
Así lo ha indicado durante su declaración en la primera sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva hasta el 23 de octubre, en la que se ha producido un cruce de acusaciones entre ambos encausados, de forma que el otro enjuiciado (J.A.M.B) ha negado haber tenido nada que ver con la muerte de ninguno de los dos fallecidos y ha asegurado haber sido “engañado” por J.M.P.P, además de afirmar que los cuerpos se quedaron “allí tirados” y que al llevar él a los agente de la Policía Nacional “ya no estaban”.
De esta manera, este acusado ha manifestado que era “muy amigo” de M.B.G, por lo que “no tenía ningún motivo” para acabar con su vida, ya que “incluso iba a ser padrino de su hija” y que fue J.M.P.P quien le pidió que lo convenciera para que acudiera a la zona por “algo de una caja fuerte en el campo”.
En esta misma línea se ha pronunciado su abogado defensor, afirmando, además, que su defendido “no tenía el más mínimo conocimiento de lo que quería hacer la otra persona”, así como que era “fácil engañarlo” para que hiciera “el favor” porque “tiene cierta discapacidad”, algo que ha asegurado que “quedará demostrado” a lo largo del juicio, al tiempo que ha apuntado que “no existe un móvil” en el caso de su defendido para querer matar a M.B.G.
Así, este acusado ha indicado que quedó con los fallecidos en una zona de Cartaya y se montó con ellos en el coche para llevarlos a la finca y cuando salieron del vehículo particular de S.V.C el otro acusado “disparó” y alcanzó a este, mientras que tanto él como la otra víctima se tiraron al suelo y se arrastraron para tratar de evitar otro disparo.
En su declaración, J.A.M.B ha proseguido señalando que, tras ello, “salió una sombra y se tiró encima de M.B.G” para acabar con su vida, tratándose, según su declaración, del otro encausado al que “reconoció por la voz”.
Asimismo, ha afirmado que J.M.P.P lo “amenazó” posteriormente para que no hablara y que lo obligó a ayudarle a deshacerse de los móviles y los coches, extremo que ha desmentido el otro acusado, que ha señalado a J.A.M.B como autor de la muerte de M.G.B. Además, ha apuntado que J.A.M.B “llevaba guantes en todo momento” durante los hechos, así como ha indicado que fue este quien se deshizo de los móviles y quien quemó el coche de S.V.C, que apareció calcinado en una zona cercana al cementerio de Huelva.
En este contexto, ambos han subrayado que el caso de la muerte de S.V.C fue “sin querer” porque el “único” motivo por el que acudió allí fue para llevar al otro fallecido al que habían retirado el carné de conducir, de forma que el objetivo era M.B.G al que han descrito como una persona que se dedicaba a cuestiones “relacionadas con las drogas”.
En este sentido, según la propia versión de J.M.P.P, su objetivo era esta persona porque había recibido del mismo “amenazas” hacia su hijo, así como afirma que “agredió a su madre” y que “la Guardia Civil lo sabía y no hacía nada”, por lo que “estaba en una situación en la que no podía más”
A este respecto, ha aseverado que tiene problemas de salud mental, por los que ha tenido que acudir a un psicólogo “después de que su mujer lo dejara por un guardia civil”, quien, según este acusado, “ayudaba” a M.B.G con “las cuestiones relacionadas con las drogas” y que, junto a este, siempre según su versión, le ofreció que colaborara con ellos usando la finca de su suegra –donde se produjo el suceso– como ‘guardería’ de droga.
J.M.P.P ha apuntado que “se negó” a ello y que, a partir de ahí, “quemaron” su coche en “la puerta de su casa, amenazaron a su hijo y propinaron una paliza a su madre en su casa”. En esta misma línea, su defensa ha señalado que “no iba a negar los hechos” y que disparó a S.V.C “pensando que era M.B.G”, pero que su cliente “sufría una situación anímica insostenible” por todo lo que le había ocurrido y que es el fallecido objetivo del disparo “quien lo mete en todo esto”. Por ello, ha pedido que se “aplique” una “situación de miedo y pánico desde hace años”.
DECLARACIONES CONTRADICTORIAS
Por su parte, el tanto Ministerio Fiscal como la acusación particular de la familia de S.V.C han subrayado que ambos han incurrido en declaraciones que “se contradicen” con las de la instrucción judicial, por lo que han solicitado que se tengan en cuenta las declaraciones anteriores, algo que ha sido admitido por el Tribunal de Jurado.
Para los acusados la Fiscalía solicita la pena de 48 años de prisión como presuntos autores de un delito de asesinato con alevosía (23 años) y un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento (25 años) y que indemnicen en la cantidad de más de 648.000 euros a los familiares de ambas víctimas.
De otro lado, la acusación particular pide para cada uno de ellos 25 años de cárcel por un delito de asesinato, tres por un delito de daño en la propiedad ajena mediante incendio, 24 meses de multa, a razón de seis euros diarios, por un delito de daño y profanación de cadáver y cuatro años y medio por un delito contra la integridad física y moral.
- Te recomendamos -