HUELVA, 30 (EUROPA PRESS)
El jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Huelva, Francisco Ortiz, ha indicado que para corregir desviaciones óseas del tabique y del dorso nasal, la rinoplastia ultrasónica es “la técnica más segura” ya que ofrece “una mayor precisión y una recuperación más rápida”.
Así lo ha manifestado el centro hospitalario en una nota, en la que señala que, tradicionalmente, los problemas de respiración nasal, así como los retoques estéticos de la nariz se abordaban con una rinoplastia convencional, caracterizada por ser una intervención “muy molesta para el paciente, y dolorosa”, pero que la llegada de esta nueva técnica ultrasónica ha supuesto “notables beneficios tanto para el paciente como para el cirujano”.
Esta técnica se desarrolla con una tecnología quirúrgica que emite ultrasonidos los cuales remodelan y liman de forma “precisa” los huesos nasales sin fracturarlos. “Al no existir traumatismo, en muy pocos casos aparecen edemas, hematomas o inflamación, algo que siempre se da más en rinoplastias tradicionales’, ha explicado el especialista.
Asimismo, indica que la ausencia de cicatrices es también algo característico de la rinoplastia ultrasónica “puesto que la única incisión que se realiza se sitúa entre las fosas nasales, muy pequeña, y al cabo de dos o tres meses de la intervención es casi imperceptible”.
Al finalizar la intervención quirúrgica, desarrollada con anestesia general, al paciente se le colocan unos tapones nasales, así como una férula nasal. “Con el objetivo de tener un seguimiento cercano del paciente y valorar el resultado inmediato de la intervención, a las 48 horas establecemos una consulta de revisión en la que deshacemos esos tapones nasales con solución salina nasal o bien mediante aspiración, y hacemos una primera valoración del resultado”, señala Ortiz.
La férula se mantiene durante unos cinco u ocho días y, tras esta primera consulta de revisión, el equipo médico le explica al paciente que “lo normal es que aparezcan costras en la nariz, que deberán ser retiradas en consulta con el objetivo de evitar cicatrices y preservar una respiración nasal correcta”.
“Los pacientes, el primer mes, deben mantener una actividad diaria suave, sin grades esfuerzos además de evitar el uso de gafas. Pasado este tiempo, los resultados obtenidos son visibles, siendo definitivos al año de la intervención. Cada paciente, tiene un ritmo de recuperación y cicatrización diferente”, apunta el especialista antes de añadir que “un aspecto muy importante es poner en valor los resultados permanentes que esta técnica ofrece sobre la corrección funcional de la nariz, sin ser agresiva con la propia estructura ósea nasal, ni con los tejidos adyacentes”.
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