MINAS DE RIOTINTO (HUELVA), 26 (EUROPA PRESS)
Atalaya Mining ha producido 12.139 toneladas de cobre en el primer trimestre de 2023. Para ello, ha procesado 3,7 millones de toneladas en la mina de Riotinto (Huelva), frente a los 3,5 millones de toneladas del mismo periodo de 2022, mientras que el mineral extraído fue de 3,4 millones de toneladas, frente a los cuatro millones de toneladas de 2022.
Así lo detalla la compañía en una nota, en la que precisa que los resultados operativos del periodo “se han visto afectados por la decisión de adelantar una parada programada de mantenimiento de la planta”.
Asimismo, la ley de cobre fue de 0,38%, comparada con 0,37% del año anterior, como resultado de la secuenciación del tajo en un área de rellenos, mientras que la recuperación de cobre fue de 86,88%, frente al 86,07% del mismo periodo de 2022, debido a las características favorables del mineral durante el período.
“Hemos tenido un comienzo positivo en 2023, con mejoras significativas en el primer trimestre en comparación con el mismo periodo del año pasado. Nuestras operaciones están funcionando bien, con una recuperación de la producción prevista para abril de 2023”, ha apuntado el CEO de Atalaya Mining, Alberto Lavandeira, quien ha destacado también el descenso de los precios de la electricidad “desde los niveles de 2022, lo que repercutirá positivamente en nuestros costes unitarios”.
Por otra parte, desde Atalaya han señalado que la compañía está trabajando con la tecnología Minerva #SmartGeoControl, un sistema de control geotécnico que nace de la colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Es un proyecto “pionero” a nivel internacional que integra en tiempo real técnicas de monitoreo geodésico y geotécnico clásicas con técnicas innovadoras satelitales, de sísmicas pasiva y de inteligencia artificial (AI) para vigilar la estabilidad y correcto comportamiento de una infraestructura.
Se trata de una colaboración público-privada “avalada” por organismos como el Ministerio de Transición Ecológica y la Agencia Estatal de Innovación y se está ya implantando en los depósitos de estériles de Riotinto.
Minerva es una plataforma que integra varias tecnologías, incluyendo la interferometría radar (InSAR), que combina pares de imágenes radar de la misma zona obtenidas en fechas diferentes y desde órbitas ligeramente separadas.
Esto da lugar a una imagen conocida como interferograma, que genera mapas tridimensionales del terreno midiendo posibles desplazamientos de este. Esta técnica, junto a la interferometría de ruido sísmico ambiental (ANSI), detectan la variabilidad del terreno antes de que se manifieste en la superficie como deformaciones, permitiendo una respuesta temprana ante cualquier incidencia.
“BUENAS PERSPECTIVAS DE FUTURO”
De otro lado, la compañía ha destacado que sigue “confiando” en su “capacidad” de alcanzar las previsiones para 2023, pronosticando “un buen futuro” para la industria.
“Seguimos creyendo en las perspectivas a largo plazo para el cobre, que continúan mejorando a medida que las principales economías aceleran sus inversiones en la transición energética y aseguran el suministro de materias primas críticas. En los últimos meses, muchos de nuestros homólogos del sector minero se han mostrado activos en la búsqueda del crecimiento de la producción de cobre, lo que pone de relieve el valor de escasez asociado a los activos de cobre de alta calidad en jurisdicciones favorables a la minería como España”, ha concluido Lavandeira.
En este sentido, ha mostrado su satisfacción tras haber obtenido la aprobación medioambiental en el Proyecto Masa Valverde, lo que, a su juicio, “pone de manifiesto que Andalucía es una potencia minera de primer orden”. De este modo, siguiendo con el proceso, la empresa solicitará el permiso de explotación que, una vez concedido, permitirá continuar el desarrollo del proyecto.
Por otra parte, la compañía continúa inmersa en los diferentes proyectos que está desarrollando, como es el caso de la planta solar de 50MW que se espera proporcione el 22% de la demanda energética de la operación, cifra que se eleva al 50% si se suma el acuerdo PPA a largo plazo alcanzado con Endesa para mejorar la tarifa en momentos de subida acusada de precios de la electricidad, dando así más robustez al modelo de negocio.
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