GRANADA, 11 (EUROPA PRESS)
El acusado en prisión provisional que se enfrenta a una petición fiscal de 41 años y medio de cárcel por la muerte de dos jóvenes tras el tiroteo que tuvo lugar en abril de 2019 en un parque de La Zubia, en el área metropolitana de Granada, ha reconocido los hechos este martes ante el jurado popular que enjuicia los hechos, señalando que efectuó los disparos tras una discusión rápida porque lo estaban extorsionando, y se ha declarado arrepentido.
Ha sido en la segunda sesión del juicio que se sigue en la Sección Primera de la Audiencia Provincial por un caso en el que hay siete acusados, entre ellos uno con el que habría ideado el plan del crimen, según la Fiscalía, que le pide también 41 años y medio de cárcel a este hombre, quien, por su parte, no ha reconocido los hechos, y ha mantenido que no estaba en el lugar cuando sucedieron, sobre las 19,00 horas del 8 de abril de 2019.
Ese día, según la fiscal, los dos principales acusados, que habrían actuado “previamente puestos de acuerdo para ello”, habrían quedado con una de sus víctimas, que supuestamente reclamaba al que está en prisión provisional un dinero de unos “2.000 euros por una cuestión de drogas”.
El procesado principal ha señalado que estas personas formaban parte de un grupo de entre 15 y 20 que tenían “a todo el pueblo extorsionado” y que uno de ellos, al que conocía previamente, le había pedido esos 2.000 euros, aunque no por un asunto de drogas, o de lo contrario tendrían problemas él y su familia.
Ya en el parque, adonde tanto él como su acompañante, según su versión, habían acudido armados pero sin concertar ningún plan, le pidió 5.000 euros en vez de los 2.000 que llevaba para darles. Así las cosas, ha proseguido, y tras una discusión breve, “aterrado” y viendo que se le “echaban encima”, uno de ellos echando mano de la chaqueta, “conforme” montó la pistola, disparó. Ha reconocido además que las víctimas no pudieron defenderse “porque fue todo muy rápido”.
Preguntado por qué había acudido armado a esa cita, ha señalado que lo hizo “por precaución y por protección” pero que “nadie sabía lo que iba a ocurrir”, desvinculando de este modo también de la autoría de los hechos a los otros cinco acusados, que lo están por la presunta comisión de delitos de encubrimiento por los que el Ministerio Público les pide dos años de prisión a cada uno.
Asimismo, ha señalado que no ha recibido presiones de uno de ellos, familiar suyo, ni de su entorno “ni de nadie” para cambiar su declaración y desvincularle de los hechos, vinculando al otro acusado por supuestos asesinatos y tenencia ilícita de armas. Ha dicho que este martes ha contado la verdad, pese a que anteriormente mantuvo otra versión, y que no pudo hablar sobre el tema por teléfono desde la cárcel. “¿Es que yo soy Pablo Escobar para tener móvil dentro?”, ha indicado al ser preguntado por el tema.
Igualmente, ha mostrado su arrepentimiento y ha reconocido, a preguntas de su defensa, que ha ido ingresando en una cuenta consignada para la indemnización por el daño derivado de los hechos entre 2.500 y 2.700 euros, y que lo seguirá haciendo en la medida de sus posibilidades. Tanto él como su supuesto cómplice se enfrentan concretamente a 20 años por cada uno de los dos supuestos ilícitos de asesinato, más 18 meses por el de tenencia ilícita de armas de fuego.
Este último ha achacado a un “complot” que se le atribuyan estos hechos cuando él no participó en la muerte de los dos jóvenes, según ha mantenido, señalando también al jurado que conocía al acusado principal de jugar al fútbol y que había estado en su boda, de donde conocía también a alguno de los procesados por supuesto encubrimiento. En ningún momento ha reconocido haber participado en el crimen, según ha enfatizado señalando también que ha visto “tres años de su vida destruidos”.
DISPAROS EN CABEZA Y PECHO
Según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, al que tuvo acceso Europa Press, los dos jóvenes que recibieron los dos disparos estaban sentados en un banco y, “tras una breve conversación sobre el dinero adeudado”, sin que conste provocación previa y supuestamente “con clara intención de causarles la muerte”, los dos acusados principales habrían sacado de entre sus ropas sendas pistolas y, “sin que sus víctimas tuvieran capacidad de reacción”, les habrían disparado en cabeza y pecho, “cayendo ambos al suelo”.
El primero, que, según detalla el fiscal, recibió un disparo con orificio de entrada en la cara y de salida en el cuello, murió en el acto. El segundo recibió cuatro tiros y se estuvo recuperando primero en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y después en el San Rafael de Granada, si bien, el 19 de noviembre de 2020, tuvo una recaída y, siendo ingresado en la UCI del San Cecilio, murió esa misma noche.
Tras los disparos, los acusados principales salieron gritando supuestamente a los demás, que habrían estado fuera del parque, “vámonos”, dirigiéndose a la casa de un familiar donde los dos primeros “reconocieron lo ocurrido en el parque y haber efectuado los disparos”.
La Fiscalía precisa sobre los cinco procesados que se quedaron fuera que, supuestamente “tras haber oído” los disparos, habrían dado cobertura a los presuntos autores de los mismos “para impedir que fueran descubiertos, ayudándoles a huir rápidamente del lugar” y “entorpeciendo la labor policial”.
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