GRANADA, 31 (EUROPA PRESS)
El Auditorio Manuel de Falla, en el entorno de la Alhambra de Granada, acoge entre el 7 de noviembre y el 14 de enero próximos un proyecto expositivo en el que Carmen González Castro alterna los lenguajes del dibujo y la instalación con motivo del primer centenario del estreno de ‘El retablo de Maese Pedro’, una obra musical para marionetas de Manuel de Falla.
Este proyecto, concebido específicamente para la ocasión, “evoca universos plásticos arcaizantes, de inspiración en la Edad Media y el renacimiento”, según han informado en una nota este martes desde el Archivo Manuel de Falla, que mantendrá abierta esta exposición de 10,00 a 14,00 horas, de martes a domingo, y también una hora antes de los conciertos de la Orquesta Ciudad de Granada.
Carmen González Castro parte de una base visual de la que reivindica su anacronismo. Esta manera de hacer recuerda a la adoptada por Manuel de Falla en su etapa historicista, en la que, mediante el uso de un lenguaje musical contemporáneo, “asimiló la tradición y continuó dotándola de significado”.
El proyecto se desarrolla en colaboración con la Fundación Caja Rural y el Auditorio Manuel de Falla, con el patrocinio del Ministerio de Cultura y Deporte. Está basado en última instancia en la escena de la segunda parte de ‘El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha’, en la que se narra la llegada de un titiritero, Maese Pedro, a la venta donde están Alonso Quijano y Sancho Panza.
Allí, ofrece un espectáculo de títeres en el que describe la historia del rescate de Melisendra, una dama cautiva de los moros, de mano de don Gayferos, caballero de la corte de Carlomagno.
Cuando los enamorados huyen de Zaragoza, a donde llega don Gayferos tras cruzar los Pirineos, los moros los persiguen y, en el momento en que parecen ir a capturarlos, don Quijote blande su espada contra el retablillo de títeres, no dejando ninguno con cabeza.
En la obra de Falla conviven varios tiempos. Por un lado, el tiempo de la leyenda que representan los títeres, la Edad Media; por otro, el de Cervantes, y, por otro, el tiempo del propio compositor, que es el del surgimiento del neoclasicismo en la música europea.
Tras una etapa de inmersión en las raíces de la música popular española, la llegada de Falla a Granada inaugura la mirada hacia un pasado aún anterior, el pasado renacentista, que la ciudad emana.
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