GRANADA, 26 (EUROPA PRESS)
Agentes de la Policía Nacional de Granada han recuperado dos piezas arqueológicas del siglo II a.C. que estaban incrustadas en la fachada de un restaurante. Se trata de dos piezas íberas de placa caliza relevantes del Patrimonio Arqueológico español que ya han sido depositadas en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada.
La investigación de los hechos dio comienzo el pasado mes de marzo a raíz de la reseña en una red social sobre venta de antigüedades, de un hombre aficionado al arte en la que afirmaba haber localizado una pieza arqueológica íbera en la pared de un restaurante con propósito puramente ornamental.
Él mismo buscó la bibliografía de la pieza y pensó que podría corresponderse con otras similares expuestas en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada.
Por lo expuesto anteriormente los agentes se desplazaron al lugar de los hechos para comprobar la existencia de dichas piezas y realizar el correspondiente reportaje fotográfico de las mismas.
Es a partir de este momento, cuando pudieron observar que incrustadas en una de las paredes de acceso al restaurante, se encontraban dos piezas, una con la representación de un caballo y la otra, de idéntico material, que pudiera ser un objeto cotidiano tipo mortero.
Gracias a esta información se pudo elaborar un informe técnico por parte de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, de la Delegación Territorial de Granada en el que se detallaba que las piezas pertenecían a un amplio elenco de representaciones de caballos de época íbera procedente de la vega de Granada, zona donde se ubicaban ciudades íbero-romanas.
Además, tras las comprobaciones pertinentes, se dedujo que las piezas podrían proceder de un yacimiento cercano al restaurante actualmente protegido y en estudio.
Según el propietario del establecimiento, adquirió los terrenos en el año 2011 para levantar el mismo y, durante la demolición de una casa vieja y la remoción de tierras, aparecieron ambas piezas que durante mucho tiempo estuvieron apartadas como escombro. En el momento en el que fue informado de su importante valor cultural, el dueño del restaurante mostró colaboración tanto como para su recuperación y depósito como para que las piezas fueran extraídas de la fachada.
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