GRANADA, 11 (EUROPA PRESS)
El Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada ha reunido a un centenar de especialistas para actualizar conocimientos en dolor oncológico y en las técnicas más novedosas para aliviar a estos pacientes y mejorar su calidad de vida, según ha informado este centro hospitalario, el cual precisa que el dolor oncológico complejo y refractario es aquel que no se alivia con fármacos tradicionales y sí con nuevas técnicas analgésicas.
Afecta a cerca de un 10 por ciento de los pacientes con distintos tipos de cáncer como el de páncreas, recto o mama, entre otros. El hospital granadino cuenta con una unidad del dolor del hospital que se creó en 1994 y en la que se realizan más de 4.500 consultas anuales, además de 500 por vía telefónica.
Esta experiencia auspicia la organización de estas jornadas, como actividad previa a la celebración el próximo lunes, 17 de octubre, del Día Mundial contra el Dolor.
La directora gerente, María Ángeles García Rescalvo, ha incidido durante la inauguración de estas jornadas en “la necesidad de este tipo de foros dada la relevancia del dolor crónico para dar visibilidad a este problema de alta incidencia, para cuyo tratamiento es fundamental el trabajo de equipos multidisciplinares para dar la mejor la asistencia sanitaria a estos pacientes gracias a la colaboración entre especialistas de anestasiología, oncología y psicología, entre otros, de forma transversal”.
Por su parte, el responsable de la unidad del Dolor, Rafael Gálvez, ha señalado que “el dolor oncológico complejo y refractario es aquel que no cede con los analgésicos habituales ni clásicos y que todo el dolor de origen canceroso, al margen de tratamientos por parte de Oncología o de Radioterapia, los diferentes tratamientos se pueden apoyar en las técnicas microinvasivas”.
El experto ha recalcado que “hay una gama de técnicas analgésicas a base de bloqueos nerviosos, miofasciales o espinales ecoguiados, junto al uso de la radiofrecuencia sobre los diferentes nervios periféricos que componen el principal arsenal frente al dolor complejo oncológico”.
A estos “se añaden los de bloqueos neurolíticos en determinadas circunstancias y, en el último escalón, la infusión espinal, mediante bombas de infusión externas o implantables con morfina, ziconotida o anestésicos locales”. Gálvez ha remarcado que “no son tratamientos contra el cáncer ni antitumorales, sino para aliviar el dolor de los pacientes y aumentar su calidad de vida”.
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