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La primera fase de las actuaciones en el Molino de la Albolafia ha concluido, a la espera de la segunda fase “más ambiciosa”

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CÓRDOBA, 18 (EUROPA PRESS)

El alcalde de Córdoba, José María Bellido, y el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Miguel Ángel Torrico, han visitado este martes el Molino de la Albolafia en donde ya ha finalizado la primera fase de actuaciones para su recuperación, con las labores de limpieza y desbroce en el entorno del monumento, que se iniciaron en septiembre, y la documentación, diagnóstico, conservación preventiva y consolidación puntual, que se adjudicaron a la empresa Arqueobética por 45.375 euros.

En declaraciones a los periodistas, junto a la delegada de Casco Histórico, Lourdes Morales, y los responsables técnicos de Urbanismo Rosa Lara, Carmen Chacón, Rafael Ruiz y Juan Murillo, el regidor ha comentado que “ha sido una primera fase con una actuación muy sencilla, básicamente de limpieza y recuperación del entorno, pero el molino ya luce con dignidad en la ciudad”.

En este sentido, el primer edil ha aseverado que “se puede ver que el estado de conservación es bastante aceptable”, a la vez que ha subrayado que la segunda fase, ya de restauración, será “más ambiciosa”.

Por su parte, Torrico ha defendido “el objetivo de seguir apostando por la recuperación del patrimonio histórico”, a la vez que ha destacado que la actuación ha sido “muy necesaria para la consolidación e investigación”.

En cuanto a la segunda fase, ha señalado que será “mucho más amplia”, con el fin de “consolidar toda la estructura del molino, tanto la rueda, como los sillares, como todo el entorno”, así como “conseguir ponerlo en valor y hacerlo visitable”, dentro de las circunstancias, todo ello hasta alcanzar 1,5 millones de euros.

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EL ESTADO

Entretanto, Rosa Lara ha dicho que pensaban que “la rueda estaba en mucho peor estado y en principio lo que se ve por encima de la tierra está en muy buen estado”, a la vez que “con los productos que se aplicarán en la siguiente fase de la restauración de los radios y de las palas, se ha testado y parece que funcionan muy bien”, después de que “ya llevan varias semanas aplicados”.

Por contra, ha lamentado que “toda la parte enterrada de la rueda, que esperábamos que siguiera la estructura, ha desaparecido”, porque “los insectos xilófagos se la han comido”, mientras que en los sillares “se están haciendo estudios paramentales y los resultados están siendo muy interesantes”, ha afirmado.

Igualmente, ha resaltado que “todos los tratamientos aplicados en varios morteros para en un futuro revestir la nave funcionan muy bien”, de manera que “los productos elegidos son de una calidad idónea”, ha apuntado Lara, quien ha felicitado a la empresa Arqueobética por su “trabajo excepcional”.

DE ÉPOCA ALMOHADE

Y Juan Murillo ha valorado que “se ha recuperado una imagen digna del elemento, que se une al puente romano y la Mezquita-Catedral”, a lo que ha agregado que “pocas veces con un presupuesto tan corto se han obtenido mejores resultados, porque se han podido testar los materiales que se van a utilizar en la restauración y, sobre todo, se ha obtenido toda la documentación que se necesitaba para el proyecto”.

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En cuanto al análisis histórico, ha detallado que “la fase inicial de la noria de la Albolafia es almohade”, sobre la segunda mitad del siglo XII, algo que “se sabe tanto por las fábricas, como por las características de la arquería y los cimientos sobre los que se apoya”, mientras que “el actual soporte de la noria ya es una reforma del siglo XIV, después de la conquista cristiana, que es casi una reconstrucción, porque debió producirse un colapso y hubo que construir”, entre otros aspectos y datos que ha facilitado.

LAS ACTUACIONES

El contrato ha tenido como objetivo establecer acciones encaminadas a frenar el deterioro del bien y ha incluido un amplio análisis del origen y evolución del edificio, un estudio de patologías y un programa de mantenimiento. En referencia a los trabajos que se han realizado desde el inicio de las actuaciones, estos comprenden el desbroce de caminos y adecuación del terreno; desbroce de la zona circundante al molino, y adecuación del terreno para realizar los trabajos.

También, el descubierto de la azuda; desbrozado y eliminación de vegetación en las cubiertas principales; inyección de herbicida en las raíces aparecidas en la cubierta del tajamar; limpieza del terreno circundante de la noria y realización de catas para estudiar el estado de conservación de la madera colmatada por el limo.

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En la fachada norte y este, la eliminación de vegetación; aplicación de herbicida de una manera somera a las raíces resultantes; aserrado de vegetación arbórea –higuera, álamo–; aplicación de biocida para observar su comportamiento ante el ataque biológico y sobre el soporte; limpieza mediante cepillado desde el tajamar hasta el arranque del arco inferior de la fachada norte.

Asimismo, se han incluido las consolidaciones puntuales mediante rejuntado de fábricas e inyección y relleno de oquedades, y nanopartículas de cal; el canjeado y reposición de un sillar, para comprobar la idoneidad de la piedra a utilizar en fases posteriores.

En la noria se ha acometido la reparación puntual con pruebas de reposición de madera, de encolado, ajustes de desacoples, reclaveteado y tratamiento final –sólo en el testigo– con aceite de teka para la madera y la pasivación de los elementos metálicos.

Parte de las labores se han realizado como trabajos en altura con los operarios descolgados en la zona de cauce por la dificultad de instalar andamios o el aproximamiento de maquinaria.

Cabe recordar que estas actuaciones tuvieron que retrasarse el verano pasado por el desembalse, a cargo de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), para facilitar los cultivos de regadío que imposibilitó los trabajos y la instalación de estructuras ante la crecida del río.


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