
EL PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ), 29 (EUROPA PRESS)
La Escuela Taurina de El Puerto de Santa María, La Gallosina, fue escenario el pasado viernes de “un emotivo homenaje” al torero cordobés, Rafael González ‘Chiquilín’. Organizado por la Peña Taurina de José Luis Galloso, y con la presencia de numerosos profesionales del mundo del toro y aficionados, el evento colgó el cartel de “no hay billetes”.
Como ha detallado el Consistorio en una nota, el evento contó en sus primeras filas con el concejal de la Plaza de Toros de El Puerto, Carmelo Navarro, el delegado de la Junta de Andalucía en Cádiz de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Óscar Curtido, los maestros Francisco Ruiz Miguel, Luis Parra El Jerezano, Juan Carlos Landrove, Antonio González o Eduardo Ordóñez, torero y presidente de la Asociación Andaluza de Escuelas Taurinas ‘Pedro Romero’.
Además, asistieron otros profesionales del toro y un gran elenco de aficionados, entre los que no faltaron representantes de las demás peñas de El Puerto, como el Club Taurino El Rabo o del Espacio Cultural y Taurino ‘De Sal y Oró, demostrando con su unión que en El Puerto “van todos a una engrandeciendo las ganas hasta que se vuelva a abrir la Puerta Grande de la Temporada”.
Durante la charla, conducida por el periodista taurino Emilio Trigo, ‘Chiquilín’ repasó su trayectoria en el toreo, recordando sus inicios, “su brillante etapa como novillero y su carrera en los ruedos”. Destacó “el impacto que tuvo en la década de los 90, donde protagonizó históricos mano a mano con Finito de Córdoba”.
‘Chiquilín’ ha marcado “un antes y un después en el escalafón de la novillería, con una carrera estelar que no se ha vuelto a repetir en los últimos treinta y cinco años”. “A pesar de no haber alcanzado en su etapa como matador la proyección que tuvo como novillero, su figura cuenta con el reconocimiento de sus compañeros y de la afición”, ha insistido el Ayuntamiento.
‘Chiquilín’, con ADN del primer Califa del toreo, Rafael Molina Lagartijo, y del cuarto Califa, Manuel Rodriguez Manolete, es además, nieto y sobrino de toreros y sin duda alguna uno de los nombres que más eco tuvo en la época dorada de los novilleros de los noventa.
Después de tomar la alternativa su carrera no llegó a alcanzar la relevancia que vaticinaba como novillero y el 12 de abril de 2003 hizo su último paseíllo vestido de luces en el coso de Los Califas. Pero siempre orgulloso y feliz de ser torero. El nacido en Córdoba el 26 de febrero de 1968 dejó claro que “uno nace torero y muere torero; y que si volviera a nacer volvería a ser torero”.
Actualmente, ya retirado de los ruedos sigue vinculado al mundo del toro como apoderado y al frente de la Dirección Artística de la Escuela Taurina de Córdoba. En el homenaje, dejó claro “su pasión por el toreo y su compromiso con la formación de nuevas generaciones”. “Uno nace torero y muere torero. Si volviera a nacer, volvería a ser torero”, afirmó al cierre del acto.
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