ALMERÍA, 10 (EUROPA PRESS)
Patricia Ramírez, la madre del niño Gabriel Cruz, el cual fue asesinado por la expareja de su padre, Ana Julia Quezada, el 27 de febrero de 2018 tras haber desaparecido, dando lugar a una multitudinaria movilización social de casi dos semanas en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería), ha convocado este sábado una concentración bajo el lema ‘Nuestros peces no están en venta’ con la que rechazar las producciones audiovisuales de quienes “se están intentando lucrar con su muerte”.
La madre del ‘pescaíto’ tiene previsto ofrecer en la mañana de este sábado, en la sede de la Diputación Provincial de Almería, una rueda de prensa en la que va a detallar los motivos por los que se opone a la elaboración de una serie o ‘true crimen’ relacionado con su pequeño; un caso del que considera que se ha informado de manera más que suficiente.
“Desde el principio no hemos querido protagonismo con esto, hemos rechazado todo tipo de ofertas que se nos han hecho y hemos manifestado continuamente que no queríamos participar de hacer ni documentales ni series con la muerte de Gabriel”, trasladó a través de un vídeo comunicado que ha difundido en redes sociales.
La concentración se celebrará por la tarde, a las 19.30 horas, en la ‘Ballena de Gabriel’, el lugar ubicado en la playa de las Almadrabillas de la capital que espontáneamente se convirtió en un altar para homenajear al pequeño y que alberga una placa en su recuerdo.
La madre del pequeño Gabriel, quien siempre se ha mostrado contraria a la exposición de la imagen de los menores víctimas de violencia y quien ha combatido la reposición de documentos audiovisuales ligados al caso de su hijo, ha solicitado el apoyo popular para evitar que se consumen este tipo de proyectos.
“Desgraciadamente en este momento están existiendo irregularidades y personas que se están intentando lucrar de su muerte, dañando no sólo su memoria después de habernos arrancado su vida, sino odiando nuestro dolor y no atendiendo a las normas, saltándoselas”, ha asegurado a la hora de hacer constar su deseo de hacer pública dicha situación.
En este sentido, ha pedido el apoyo social para que valore si este tipo de situaciones pueden ser “injustas” para la propia familia de Gabriel o las de otras víctimas, así como para que valoren si deben “permitirse en una sociedad que merezca la pena vivirse”. Una vez que las escuchéis
“Os ruego que nos ayudéis una vez más porque solos este viaje no podemos”, ha reclamado Patricia Ramírez, quien ha solicitado apoyo para “darle vuelta a todo esto” y poder tener “un futuro un poco más transitable y esperanzador” ya que de lo contrario, según cree, “lo que se nos avecina va a ser difícil de soportar”.
La madre de Gabriel Cruz ya realizó una campaña mediante una recogida de firmas para solicitar al Congreso que pusiera en marcha una ley que prohibiera “utilizar y beneficiarse” de la imagen de su hijo en medios digitales, páginas web o redes sociales como reclamo.
Asimismo, el pasado mes de marzo emitió una carta para reclamar a medios de comunicación y redes sociales que “respeten a las víctimas adecuadamente” y las “protejan del dolor innecesario”, anteponiendo la “decencia y la profesionalidad frente a intereses particulares o económicos”.
“Les ruego que den un paso adelante y den un ejemplo de país y pongan la ética y el buen hacer frente a la conveniencia”, trasladó en un comunicado publicado en la red social X cuando se cumplían seis años del crimen del pequeño de ocho años.
La madre de Gabriel lamenta las “malas prácticas” y el “sensacionalismo” en las que ha estado envuelto su “caso y otros casos violentos mediáticos en España” y subraya la “necesidad” de “un tratamiento adecuado de las noticias de sucesos” que evite la “vulneración de derechos fundamentales”.
“Les pido que retiren ‘lo feo’ de sus cuentas y dominios, lo que mancha su memoria, sus titulares escabrosos, vídeos, podcasts morbosos e innecesarios, y les ruego reflexionen si podría resultar bueno para proteger su profesión”, indica.
Señala que comparte lo que “siente” en este comunicado en la creencia de que “este tipo de malas prácticas pueden cambiar” y en “memoria” de su “pequeño Gabriel”, al tiempo que expresa su agradecimiento a “la marea de buena gente” que nos han “apoyado sin soltarnos durante estos seis años”.
Patricia Ramírez aludió al “dolor” que le produce “que se promocionen los mismos contenidos desde hace seis años” o que “se utilice” su caso, y rechazó que se “culpe” a las víctimas por “buscar ayuda por todos los lados y cualquier medio a su alcance por encontrar o salvar a su hijo, hija, hermano, mujer, marido, abuelos”.
Afeaba, en esta línea, que se “ayude a las víctimas a cambio de exponerles continuamente y utilizar su historia a conveniencia” y considera que “más que ayuda resulta aprovecharse de personas vulnerables necesitadas de cuidado y protección porque sus vidas cambiarán para siempre de forma drástica y brutal”.
“Jamás pude imaginar el terrible dolor y deterioro que nos provocaría la mediatización del caso, el daño irreparable y el impacto que sigue teniendo en nuestras vidas”, subrayó para concluir que resultaba “triste que, en estos seis años”, cuando ha salido a la opinión pública “para solicitar que no se nos hicieran más perrerías en defensa de nuestros derechos”, lo hiciera “con miedo a que lo utilizasen para ponerme en contra de otras víctimas o afín a un partido político o ideología”.
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