ALMERÍA, 27 (EUROPA PRESS)
Un tribunal de jurado ha declarado culpable al hombre acusado de asesinar a patadas y puñetazos a un compatriota mientras dormía en el cortijo que ambos compartían en la pedanía de Saladar y Leche, en Níjar (Almería), antes de marcharse de nuevo a Rumanía, donde fue arrestado dos años y medio después del crimen.
En su veredicto, dictado por unanimidad, el jurado ha considerado que agredió a la víctima durante la madrugada del 17 de junio de 2021 con la intención de “causarle la muerte”, para lo que han tenido en cuenta el testimonio ofrecido por un tercer compañero de piso, quien acudió a la habitación del perjudicado cuando comenzó a escuchar los gritos.
Los miembros del tribunal ‘popular’ han respaldado la versión de la Fiscalía, que solicita 20 años de prisión para el acusado, al estimar que la agresión mortal se produjo de manera alevosa. “No fue una pelea porque la víctima fue ingresada de gravedad (…) y el acusado no presentaba lesiones ni pidió asistencia” médica, han apuntado.
El jurado ha descartado así la versión exculpatoria del acusado, quien solo respondió a las preguntas de su defensa, el cual aseguró que supo de la muerte de quien fue de su compañero una vez que fue detenido en Rumanía en virtud de una orden europea de detención y entrega, que obligó su trasladado hasta Madrid en enero de 2024.
En este sentido, se han apoyado también en el testimonio de los guardias civiles y del propietario del cortijo en el que se sucedieron los hechos, quienes aseguraron que el acusado no mostraba ningún signo de lesión tras lo sucedido entre las 22,30 y 2,30 horas en el interior de la vivienda.
El jurado ha concretado igualmente como causa de la muerte el grave traumatismo craneoencefálico con el que la víctima ingresó en el Hospital Universitario Torrecárdenas, donde falleció un mes después. En este sentido, han incidido en que la propia lesión le produjo un daño cerebral que hizo que la víctima tuviera su sistema inmunológico deprimido y, por tanto, sufriera una infección por sepsis.
De este modo, se han remitido también al informe médico apuntalado por los peritos forenses en el que se apuntan que el daño con el que ingresó en el centro hospitalario era “mortal de necesidades” desde “el primer momento”.
El jurado, que ha rechazado además la revisión de pena y concesión de indulto para el acusado, ha aseverado que el mismo era “consciente” de todo lo que hacía puesto que no hay pruebas de alcoholemia que demuestren que actuó bajo los efectos del alcohol, toda vez que los agentes que actuaron en la zona tampoco apreciaron en él “signos de afectación etílica”.
Con este veredicto, la Fiscalía ha mantenido su petición inicial toda vez que la acusación particular ha elevado su solicitud hasta los 22 años de cárcel, mientras que la defensa se ha remitido a sus escritos iniciales. El juicio, presidido por la magistrada-presidenta Társila Martínez, ha quedado visto para sentencia.
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