ALMERÍA, 11 (EUROPA PRESS)
El hombre de 31 años acusado de acabar con la vida de otro con cuatro puñaladas en Roquetas de Mar (Almería) ha asegurado este lunes en el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Almería que lo hizo “sin querer” y solo para “defenderse” de un presunto ataque de la víctima, quien se habría dirigido hacia él con una botella rota por la espalda, según su versión.
El acusado, que se enfrenta a una petición fiscal de 13 años de prisión por un delito de homicidio, ha declarado durante la primera sesión del juicio con jurado presidido por el magistrado Luis Durbán que conocía previamente a la víctima, con la que no había tenido ningún problema, de modo que incluso habría llegado a “ayudarle” en alguna ocasión en asuntos económicos o de subsistencia por ser compatriotas.
En este sentido, ha narrado que los hechos se desencadenaron sobre las 22,00 horas del 26 de febrero de 2022, cuando se encontraba en la calle Saturno, próxima al barrio de Las 200 Viviendas de Roquetas de Mar, y la víctima se dirigió a él con insultos hacia la etnia de los Fulani, a la que pertenece él y su familia.
El acusado ha explicado que se dirigió hacia el acusado, a quien reprobó su actitud, si bien en un momento dado este le habría vuelto a insultar para después empujarlo. “Él estaba enfermo”, ha asegurado el acusado quien ha explicado que, en un momento dado, el hombre habría arrancado una baldosa del suelo aún fresca por haberse instalado recientemente y le habría golpeado con ella en la cabeza.
El hombre ha asegurado a preguntas de las partes que tras dicha agresión él trató de abandonar el lugar para acudir a un hospital a curarse de la herida que le había hecho la baldosa en la cabeza, aunque fue entonces cuando, según su versión, el acusado rompió una botella y le dijo que le iba a “matar”.
Con ello, ha detallado que fue en ese momento cuando extrajo un cuchillo que portaba en el bolsillo, ya que era una de sus herramientas de trabajo para recoger calabacines, para “defenderse” del ataque que le habría venido por la espalda.
El acusado, quien ha escenificado ante el tribunal su actuación llegando a levantarse para mostrar cómo procedió en el momento de los hechos, ha dicho que en el momento no fue consciente de que había clavado el cuchillo a la víctima, sentido en el que tampoco ha sabido explicar cómo una de las cuatro puñaladas fue dada en la cara. “Yo soy más alto que él”, ha apostillado al respecto.
En esta línea, ha rechazado que el ataque se produjera de frente, que él fuera a su casa en busca del cuchillo para efectuar el ataque o que el mismo se produjera con ánimo de matar. “Si quiero matarlo le doy en la cabeza”, ha razonado el acusado, quien ha recalcado que él no podía ver la trayectoria del cuchillo al dirigirlo hacia atrás.
El acusado ha explicado que tras abandonar el lugar de los hechos, donde se habría desprendido del cuchillo, acudió a dependencias de la Guardia Civil para contar lo sucedido aunque, según él, sin saber que había acabado con la vida de la víctima, por lo que ha pedido perdón a la familia del finado.
La versión del acusado difiere del relato de los hechos expuesto por la Fiscalía, quien responsabiliza al hombre de haber iniciado una “fuerte discusión” el día de los hechos con otro hombre para, después, marcharse hasta su domicilio para coger un cuchillo.
A continuación, según el Ministerio Publico, salió a “buscar” a la víctima, con la que se encontró en torno a las 22,00 horas en la calle García Lorca, apenas a 100 metros del lugar en el que se produjo la primera riña. Una vez allí, se habría iniciado una nueva discusión entre los dos durante la cual, “con la intención de acabar con su vida”, el acusado habría asestado hasta cuatro puñaladas a la víctima.
La primera impactó en la cara mientras que las otras tres cuchilladas alcanzaron el tórax. La víctima falleció sobre las 22,30 horas a consecuencia de las heridas con arma blanca, que le provocaron un shock hipovolémico.
Además de las penas privativas de libertad, el Ministerio Público también reclama una indemnización de 60.000 euros a favor de la madre del fallecido y otros 40.000 euros para su hermana por los daños morales ocasionados.
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