ALMERÍA, 15 (EUROPA PRESS)
‘Cuando el mal acecha’ es la obra de Ana María Campelo, en la que hace gala de su amor por las novelas policíacas a través de una protagonista que “no se rinde ante las adversidades y anda a la caza de la verdad”.
“Destacaría la segunda parte, muy potente, y que está narrada en primera persona mediante de un personaje femenino”, ha explicado la autora en una nota de la editorial Círculo Rojo, en la que afirma que el lector “va a encontrar la dosis justa de misterio para querer llegar al desenlace y un hondo enfado que le obligará a ponerse del lado de la víctima y susurrarle al oído ‘ten cuidado, no todos los que te rodean son lo que parecen'”.
La historia arranca cuando Blanca acude al hogar de su infancia para el entierro de su padre, donde “tendrá que enfrentarse a varios retos: descubrir qué se esconde tras la desaparición de su tío Fermín, averiguar quién le envía anónimos y solventar una traición amorosa”. Para ello, “deberá aceptar que, a veces, las personas más cercanas son las que menos conoce. Ante la falta aparente de pruebas, Blanca se planteará la venganza como única salida a su desesperada situación”.
Esta historia, que cuenta con “unos protagonistas singulares” se presenta como “un ‘domestic noir'” capaz de sumergir al lector “en una intrincada trama familiar donde el asesinato es el camino a seguir ante unos hechos que pueden llegar a poner en peligro a las personas que más importan”.
Ana María Campelo López es una gran amante de la literatura policíaca. Ocupa su tiempo en la escritura de novelas de misterio, después de haber dedicado su vida laboral a la docencia. Esta labor la desempeñó en diversas poblaciones de la provincia de León, la última de ellas, Villafranca del Bierzo, lugar donde se desarrollan los acontecimientos de sus novelas.
Ha publicado algún relato en la revista literaria ‘La Celsa’ y en ‘Un lugar contra el frío’. Tras su ópera prima, ‘Pupilas de escarcha’, en 2021, y con esta misma editorial, vuelve con esta segunda historia en la que “un crimen perpetrado en familia permanece muchos años dormido”.
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