CÓRDOBA, 21 (EUROPA PRESS)
Una revisión científica ha analizado las nueve escalas especializadas de Desarrollo Infantil más importantes en la actualidad y la forma en la que estas han salido validadas con el objetivo de comprobar hasta qué punto estas pruebas, utilizadas en la práctica clínica y en el ámbito de la investigación, han sido desarrolladas sobre la base de una validación métrica y metodológica sólida, poniendo al descubierto sus principales carencias.
Tal y como ha indicado la Universidad de Córdoba (UCO) en una nota, las principales conclusiones del trabajo ponen una sobre la mesa una serie de “carencias importantes que podrían corregirse para mejorar la calidad y diagnóstico de estas escalas”, ha destacado la investigadora Araceli Sánchez, directora del centro de Atención Temprana de la Universidad de Córdoba y una de las autoras de la investigación, junto a José Antonio Moriana y Sara Luque, del grupo de ‘Psicología Basada en la Evidencia’ de la institución académica.
En primer lugar, el trabajo señala la “falta de estudios independientes” con las que estas pruebas han sido validadas. “Cuando se construye una nueva escala, es importante que se le sumen análisis ajenos que aseguren que la prueba es eficaz para el objetivo que tiene y que mide lo que realmente pretende”, ha subrayado la investigadora Araceli Sánchez, quien ha añadido que, “en ese caso, hemos encontrado muy pocos”.
Por otro lado, el trabajo, que ha analizado más de 70 artículos de investigación, muestra la “escasa variedad” de las muestras que han sido empleadas para validar las distintas escalas de desarrollo. “Muchas de estas escalas, especialmente por debajo de los dos años, aglutinan en un solo grupo a menores de varias franjas de edad con el objetivo de poder tener cierta potencia estadística”, ha explicado la autora de la investigación.
El problema es que “dentro del rango de edad de los cero a los 12 meses hay una gran variabilidad debido a los enormes cambios que se producen en los pequeños durante las primeras etapas de la vida”, ha detallado la experta.
Otra de las principales limitaciones de estas escalas, según recalca la investigación, son los “sesgos culturales” que han podido generarse durante la validación de las mismas. La mayor parte de ellas utilizan una baremación acorde al país de origen en el que se realizaron, que normalmente suele ser Estados Unidos. Aunque en algunos casos en Europa se han hecho adaptaciones culturales, tienen un coste económico elevado, por lo que esto sería más difícil en países más desfavorecidos.
“En algunos casos, cuando hemos hecho actividades de cooperación al desarrollo en territorios más empobrecidos, hemos comprobado cómo estas escalas en niños puntuaban de manera diferente”, ha puesto de manifiesto Araceli Sánchez.
Este trabajo, supone, en definitiva, no sólo un pequeño “toque de atención” sino, en palabras de la investigadora, un paso importante en cuanto al conocimiento de las escalas de desarrollo. Las conclusiones de este estudio podrían ayudar, de esta forma, a mejorar unas pruebas diagnósticas que son fundamentales para detectar dificultades en edades tempranas y establecer un tratamiento a tiempo más certero y personalizado.
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