CÓRDOBA, 4 (EUROPA PRESS)
El catedrático emérito de la Universidad de Córdoba (UCO) Esteban Hernández-Bermejo y miembro del grupo de investigación ‘Especies vegetales de interés económico potencial en agricultura’ ha descubierto la importancia que tuvo en el antiguo Egipto la palmera dum, un tipo de palmera muy desconocida actualmente, cuyo tronco se divide en dos y que también proporciona dátiles como la palmera común.
Tal y como ha indicado la UCO en una nota, el descubrimiento lo hizo en la visita a una tumba egipcia de un antiguo artesano. Después de recorrer agachado un pasillo de cincuenta metros, accedió a unas salas decoradas con mucha vegetación entre las que se encontraba la palmera dum.
“Las pinturas de la tumba hablan de lo importante que era esa palmera en la agricultura y alimentación del antiguo egipcio. Se trata de un cultivo que se ha olvidado casi por completo, pues en este momento solo la usan los pueblos nubios del sur de Egipto y que perfectamente podría ser incorporado a la agricultura actual”, explica Hernández-Bermejo.
El hallazgo de Hernández-Bermejo, que cuenta en un capítulo del libro ‘Nature(s) in Construction. Ethnobiology in the Confluence of Actors, Territories and Disciplines’, publicado por la editorial Springer y que recoge más de 30 trabajos presentados a un congreso internacional de etnobotánica, se ubica en la línea de la etnobiología histórica en la que su grupo de investigación lleva años trabajando y que pretende usar la información que proporcionan fuentes gráficas procedentes de antiguas representaciones artísticas para, en la actual situación de cambio climático, innovar en la agricultura actual y para favorecer la biodiversidad recuperando conocimientos tradicionales o conservando paisajes históricos.
Se trata, por tanto, de innovar a partir de los conocimientos del pasado, recuperar conocimientos de antiguos técnicas de cultivo y conocer su historia. Frente a las fuentes textuales que habitualmente se usan para este fin, Hernández-Bermejo defiende en el capítulo el uso de las fuentes gráficas.
Gracias a este tipo de fuentes no sólo se puede destacar la importancia que la palmera dum tuvo en la antigüedad, sino también saber que los romanos en Hispania ya usaban el narciso como decoración, que los tulipanes se conocieron en Al-Andalus cinco siglos antes que en los Países Bajos, o que los asirios ya sabían hace 2.700 años que la palmera datilera tenía que ser polinizada de forma artificial.
“Esto lo sabemos porque en un bajorrelieve del siglo IX a.C. conservado en la Universidad de Yale hay representado un personaje con una máscara, que parece un brujo pero que realmente es un ingeniero agrónomo de la época, y que está polinizando palmeras”, añade Hernández-Bermejo.
Ahora bien, la utilización de las fuentes gráficas tiene sus limitaciones. Son menos utilizadas que las textuales y son más difíciles interpretar. No se trata de una fotografía exacta sino de una representación que por el paso del tiempo o la creatividad de quien la creó, puede tener poco parecido con la realidad. Por ello, para usar este tipo de fuentes, Hernández reconoce que es necesario “valorar, comparar y contextualizar el documento”.
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