CÓRDOBA, 17 (EUROPA PRESS)
Los pacientes con patologías crónicas respiratorias deben evitar la actividad física al aire libre durante los días de calima, incluido el ejercicio físico de moderada intensidad, según ha indicado el jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, Luis Manuel Entrenas, que ha destacado que “los episodios de calima como el de estos días no son habituales en febrero”, siendo más habituales durante los meses de verano, “cuando domina una situación de vientos de sur que impulsa el polvo en suspensión del Sahara hacia la península”.
Tal y como ha indicado la institución hospitalaria en una nota, Entrenas ha recordado que la calima está constituida por polvo del desierto en suspensión y su capacidad de daño en el pulmón depende de su densidad. Los seres humanos necesitan respirar de manera continua, por lo que todo lo que haya en la atmósfera “va a entrar en contacto con nuestro medio interno”, ha detallado.
“Así las patologías respiratorias crónicas, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son susceptibles de agravarse con la calima”, ha resaltado el doctor, quien ha indicado que si estos pacientes tienen que salir a la calle durante días de calima, la mascarilla puede ser muy útil para evitar la entrada de polvo en el aparato respiratorio.
Estos pacientes tienen una cualidad en su vía aérea que es la hiperreactividad bronquial, esto significa que reaccionan con mayor intensidad (tos y broncoespasmo) ante un estímulo que no provocaría síntomas o serían muy leves en una persona sin patologías respiratorias.
El especialista ha indicado que la calima está unida a la contaminación atmosférica, que engloba a todo el conjunto de partículas en suspensión y gases generados por las actividades industriales y vehículos, al que se añade la combustión de biomasa y combustibles fósiles.
La contaminación atmosférica está causada principalmente por las partículas resultantes de la quema de los combustibles fósiles en los motores de explosión, los elementos originados por la rodadura de los vehículos como los derivados de la abrasión del asfalto, neumáticos y frenos.
Cuando se produce calima en verano, se suele asociar a la producción de ozono por calentamiento del suelo. En la atmósfera encontramos partículas en suspensión como los metales pesados, los hidrocarburos aromáticos y, especialmente, radicales libres capaces de causar oxidación en el pulmón.
A estas reacciones químicas, se suman los efectos del ozono, que se origina a ras de suelo al irradiar la luz solar los compuestos derivados de los motores de combustión y que cobra protagonismo con el aumento de las temperaturas en verano. Para concluir, el doctor ha reiterado que la contaminación atmosférica es causante de originar patología ‘per se’ o agravar otras existentes (especialmente asma y EPOC).
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