SEVILLA, 26 (EUROPA PRESS)
Los hospitales pertenecientes al Servicio Andaluz de Salud (SAS) atendieron en 2023 un total de 5.171.420 urgencias, cifra superior a las atendidas en 2022, que ascendieron a 4.981.445, y muy similar a las de 2019, previo a la pandemia, cuando se atendieron más de cinco millones de urgencias. Del total de urgencias, un 7% resultaron ingresos.
Los motivos principales por los que se ha acudido a urgencias son por dolor abdominal y otros signos y síntomas digestivos o abdominales –190.827–, seguidos de infecciones respiratorias superiores –175.969–, lesión no especificada –156.744– o lesión superficial –119.375–, dolor musculoesquelético, no lumbar –113.41– e infecciones del tracto urinario –102.792–, según ha informado la Junta en una nota de prensa.
A su vez, estas urgencias se reparten por provincias entre las 531.617 de Almería; las 781.150 de Cádiz; 446.428 de Córdoba; 758.134 de Granada; 255.637 de Huelva; 361.203 de Jaén; 956.125 de Málaga y el 1.081.126 de Sevilla. La atención sanitaria urgente ocupa un “lugar destacado” en el sistema sanitario público andaluz, tanto por el volumen de la demanda como por la trascendencia social de esta actividad.
Debido a dicha importancia social y sanitaria, Andalucía ha desarrollado y puesto en marcha “importantes estrategias e iniciativas” relacionadas con las urgencias y emergencias con el objetivo de responder a las necesidades y expectativas ciudadanas, así como de los profesionales del sistema. En la actualidad, el SAS cuenta con una “importante red de recursos” destinados a la atención sanitaria urgente y emergente, con una capacidad de resolución en más del 90% de los casos, gracias, entre otras cosas, a la “cualificación” de sus profesionales.
Además, trabaja en la actualización del Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias (PAUE), que es el instrumento organizativo del Servicio Andaluz de Salud responsable de orientar y marcar las pautas a seguir en la atención a las urgencias y emergencias, con el objetivo de atender la emergencia sanitaria en el menor tiempo posible y con altos niveles de calidad y eficacia, donde el “factor clave” es la continuidad asistencial y la integración de las actuaciones de todas las personas intervinientes.
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