SEVILLA, 17 (EUROPA PRESS)
Políticas que favorezcan el emprendimiento y una mayor colaboración público-privada son algunas de las peticiones del Observatorio Económico de Andalucía (OEA) que consideran ineludibles para responder a los “retos y oportunidades de un mundo en transformación”, un tema que ha protagonizado su último foro y sobre cuyas conclusiones han dado detalles este lunes.
El encuentro ha servido para constatar que el mundo actual se desenvuelve en un entorno cuya característica esencial puede ser descrita como una “niebla densa” en la que se están desarrollando cambios muy importantes que darán lugar a un mundo nuevo cuyas líneas generales “aún se nos escapan, pero que dependerán de cómo los responsables políticos e institucionales más significados en diferentes ámbitos, básicamente los organismos internacionales vayan actuando en los próximos tiempos”, ha indicado el observatorio en un comunicado.
En aras de dar algunas indicaciones sobre esos cambios, la OEA señala como relevantes los campos de la tecnología, la geopolítica y la evolución económica. En el primero, ha destacado que existen varias tecnologías que, “con sus variadas incidencias en los campos del trabajo y la producción, los servicios y también en la vida cotidiana de los ciudadanos, están acelerando cambios drásticos que, en lo laboral, por ejemplo, dará lugar en pocos años al surgimiento de muchas tareas y empleos que hoy no existen o que están en sus balbuceos y que adquirirán una mayor importancia y trascendencia, exigiéndonos nuevas adaptaciones en nuestra formación.
Mientras, en el ámbito de la geopolítica, ha señalado la posibilidad de un conflicto bélico “de amplia extensión”, “no solo entre diferentes países sino también entre distintos modelos de gobernanza, tanto en el ámbito nacional como en el global”. En este sentido, ha considerado que la invasión de Ucrania por parte de Rusia “es la primera manifestación de este gran conflicto que podría reiterarse en otros escenarios”, como en Taiwán o el despliegue de redes de 5G y más avanzados sistemas similares.
Situaciones que implicarían “interrelaciones no del todo definidas, pero cuyas consecuencias podrían ser desastrosas si, además, se tiene en cuenta su incidencia sobre la necesaria urgencia en afrontar la lucha contra el cambio climático”, ha subrayado. Todo esto repercutiría en el tercer ámbito, el de la evolución económica, donde “se empiezan a sufrir ya en todo el mundo con las distorsiones que se están dando en el ámbito del sistema productivo”, como la “ralentización en las cadenas de suministro de materias primas, inflación en todo el mundo, empobrecimiento de los países emergentes o aumento de las desigualdades en los países desarrollados”.
Las respuestas que se pueden dar a todos estos conflictos y retos “deberían partir del acuerdo para hacer posible un nuevo ‘contrato social’ que tenga como grandes objetivos crear una sociedad más inclusiva y justa, al mismo tiempo que con capacidad para generar la riqueza necesaria para llegar a todas las personas y transformar el sistema productivo de tal manera que su incidencia sobre el medio natural se vaya revirtiendo a niveles menos alarmantes que los actuales”.
Para ello, ha sostenido, “se hace necesaria la cooperación entre los poderes públicos y la iniciativa privada, que, habiendo sido la gran protagonista del desarrollo económico y social generado en los últimos siglos mediante el uso masivo del conocimiento y su aplicación al sistema productivo, ahora debe centrarse en desarrollar las transformaciones precisas para hacerlo sostenible”.
Así las cosas, en el ámbito andaluz el OEA constata “las intensas mejoras” que se han producido en las últimas décadas, durante las cuales “nos hemos acercado bastante al nivel de desarrollo del mundo occidental del que tanto tiempo estuvimos separados”. No obstante, considera que la economía andaluza “puede aún considerarse como una dualidad entre un mundo tradicional representado por sectores volcados en el consumo local, poco tecnificados y con empresas muy pequeñas y de nivel artesanal y un cada vez más amplio conjunto de empresas innovadoras internacionalizadas, pero que no cuentan con un entorno social que las apoye y las fortalezca debido a una cultura muy extendida de recelo del mundo empresarial y que presta escasa atención a las cuestiones de índole económica y tecnológica”.
En ese sentido, ha remarcado que “se precisa de políticas que desplieguen también actuaciones duales que mezclen las que favorezcan la mejora de la capacidad emprendedora aplicada a la generación de riqueza y posibilite el crecimiento de las empresas propiamente andaluzas con las que favorezcan la atracción de iniciativas del exterior que mejoren nuestro nivel tecnológico y dé oportunidad a los jóvenes de aportar sus mejoras formativas a la creación de un mejor futuro en nuestra sociedad”.
Para ello, “también será importante la cooperación público/privada y entre las diferentes administraciones, en especial entre el gobierno regional y los ayuntamientos, una mejora en la regulación que tenga el objetivo de facilitar la actividad empresarial, que debe contar con la suficiente flexibilidad para poder adaptarse a las exigencias que nos demanda ese mundo en transformación y que nuestros esfuerzos en educación y formación profesional se dirijan hacia cómo convertirnos en creadores y no solo usuarios de las tecnologías más innovadoras, ha solicitado.
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