CÓRDOBA, 20 (EUROPA PRESS)
El Museo de Bellas Artes de Córdoba exhibe al público desde este miércoles y hasta el próximo 28 de abril el lienzo ‘Niño Jesús con la bola del mundo’, una obra, recientemente depositada en el museo, realizada en torno a 1660 por el gran pintor barroco cordobés Antonio del Castillo Saavedra, que se inspiró en la devoción franciscana hacia la naturaleza, los seres que la habitan y la infancia de Jesús.
El acto de presentación de la obra este mismo miércoles contado con la participación del delegado de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía en Córdoba, Eduardo Lucena, y del director del Museo de Bellas Artes de Córdoba, José María Domenech.
Pintada en óleo sobre lienzo, la obra cuenta con unas dimensiones de 98,5 por 181,5 centímetros y representa al Niño Jesús sentado y apoyado sobre la bola del mundo con una cruz sobre su hombro. En el centro, cuatro angelitos, tres danzantes y uno tocando la flauta y el tamboril. Al fondo aparece la evocación de una ciudad que podría ser Granada.
El cuadro del ‘Niño Jesús con la bola del mundo’ se relaciona con la producción más paisajista desarrollada por el autor, Antonio del Castillo Saavedra (1616-1668), durante sus últimos años. Esta obra fue originariamente pareja de la titulada ‘Paisaje con San Juan Bautista Niño dormido’, que se encuentra en este museo tras su adquisición por la Junta de Andalucía en 2006, exhibiéndose en la sala IV.
Ambos cuadros pertenecieron al convento franciscano de San Antonio y San Diego en Granada, ciudad donde Castillo tuvo una reputada clientela, y adquieren sentido en base a la devoción franciscana hacia la naturaleza, los seres que la habitan y la infancia de Jesús que el santo de Asís promovió a lo largo de su existencia, según quedó manifiesto en sus leyendas y escritos.
Tras la desamortización del convento en 1836, la pintura pasó a la colección particular de Gaspar Remisa y Miarons (Barcelona, 1784 – Madrid, 1847), marqués de la Remisa, manos de las que pasó a la colección Barba. Durante la Guerra Civil se perdió su rastro, habiendo aparecido recientemente en la colección Delgado de Córdoba, que ha promovido su depósito en el Bellas Artes.
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