SEVILLA, 22 (EUROPA PRESS)
Andalucía cuenta con 108.802 personas diagnosticadas con epilepsia, la enfermedad neurológica crónica más frecuente según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y cuyo Día Nacional se celebra este próximo viernes 24 de mayo. De media, en los últimos cinco años, los hospitales andaluces han registrado cerca de 2.000 ingresos hospitalarios y alrededor de 7.000 urgencias relacionadas con crisis epilépticas.
De esos 108.802 pacientes, el 70% tiene una epilepsia “de fácil control”; el 30% restante es “farmarresistente”, es decir, siguen teniendo síntomas pese a la medicación. En el mundo, hay alrededor de 60 millones de personas que padecen epilepsia, concentrándose el 80% de los casos en países en vías de desarrollo. Esto significa que no tienen un diagnóstico, por lo que la OMS considera la epilepsia como un “problema de salud pública”.
Estos son los números de la epilepsia que ofrece el Servicio Andaluz de Salud (SAS) a preguntas de Europa Press. Unos números tras los que hay pacientes y familias con “incertidumbre” tras recibir el diagnóstico pero a los que el neurólogo y neurofisiólogo del Hospital Torrecárdenas de Almería capital, Pablo Quiroga, autor también del libro de referencia ‘Epilepsia. Verdades y mitos’, manda un mensaje tranquilizador: “Pueden hacer una vida normal”.
El doctor Quiroga asegura en una entrevista con Europa Press que “todos somos potenciales epilépticos” porque el requisito para ser un paciente de este tipo es “tener cerebro”. La epilepsia, según este neurólogo, “se puede curar”, de forma espontánea en las “epilepsias edad dependientes de muchos niños”; con fármacos; o con cirugía, cada vez más avanzada –“ya casi sin abrir la cabeza”–. Y lo que es más importante, “se puede prevenir” en potenciales pacientes con hábitos saludables, como no fumar y reducir a la mínima expresión el consumo de alcohol.
En ‘Epilepsia. Verdades y mitos’, este profesional de Torrecárdenas explica que esta enfermedad se produce por un “mal funcionamiento de un grupo de neuronas que da una clínica que se repite en el tiempo”. Así, y en primer término, Pablo Quiroga desmonta el “sensacionalismo” en torno a que la epilepsia es “convulsionar y echar espuma por la boca”. Así, un paciente puede no tener ningún episodio convulsivo y sí ataques de pánico o ansiedad, y “eso es epilepsia”, remarca el especialista. A continuación, Quiroga hace un llamamiento y advertencia: “Ante una crisis convulsiva, no hay que meter nada en la boca del paciente”.
Las pautas para un paciente epiléptico son sencillas: no dejar de tomar su medicación, que puede compaginar con “no más de dos copas de alcohol, aunque mejor, ninguna”; dormir al menos ocho horas, hacer deporte y “no esconder la enfermedad”, especialmente entre los adolescentes, para que, si les da un episodio convulsivo, “no se asusten y sepan cómo actuar”. Para los jóvenes que sufren epilepsia “lo peor” es el “autoestigma”. Para este tipo de paciente, lo más importante, según el doctor Quiroga, es trabajar con los padres para ayudarles a “encajar el diagnóstico” y que no “sobreprotejan” al hijo. “Hay que hacerle ver los límites, pero dejarles que hagan una vida lo más normal posible”, apostilla.
Otro de los mitos en torno a la epilepsia es que el consumo de fármacos de manera prolongada en el tiempo “afecta a sus capacidades mentales”. “Falso”, afirma Pablo Quiroga, que confirma que los medicamentos actuales cada vez “tienen menos efectos secundarios”. Por último, este especialista recomienda que haya una “adaptación del trabajo” de aquellas personas diagnosticadas con esta enfermedad. “El trabajo es parte del tratamiento. Se sientes útiles y realizados. No hay que despedir a alguien por que se tenga epilepsia”, concluye.
‘Epilepsias, ¿las conoces?’ es el lema que las entidades que forman parte de la Federación Española de Epilepsia han elegido para 2024. Con él pretenden dar “más fuerza al mensaje que queremos transmitir juntas a la sociedad. El mensaje de que la epilepsia no es solo una, que son muchas, de muchos tipos, en personas diferentes, con consecuencias diferentes, con formas de vivir diferentes”, se recoge en el manifiesto que será repartido con motivo del Día Nacional de la Epilepsia.
Aurora Gómez es la presidenta de Ápice, la asociación que impulsó la constitución de un Día Nacional. Ella, hija de un paciente con epilepsia cuyas crisis le llevaron desde pequeña a “aprender a tratarlas y gestionarlas”, aclara que la lucha de la asociación no es “contra le epilepsia sino por aprender a vivir con la epilepsia que nos haya tocado”. Reconoce que esta enfermedad todavía tiene muchos “estigmas”, ya que “la gente cree que la epilepsia es sólo una crisis convulsiva”.
“Cuesta encajar un diagnóstico” como éste, apunta, coincidiendo con el doctor Quiroga, en que entre los adolescentes es quizás “más complicado, porque tienen la necesidad de encajar en un grupo social”. Ápice hace campañas en los colegios para que los estudiantes sepan “cómo actuar” ante un episodio epiléptico. “Son pasos muy sencillos”, sostiene. Los pacientes están batallando por que el diagnóstico de una epilepsia venga con un reconocimiento automático del 33% de discapacidad.
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