La mayor parte de los avistamientos se han producido en espacios naturales de Andalucía
Un total de 24 quebrantahuesos han sido identificados en varios puntos de España durante la realización en octubre del censo internacional de esta especie, coordinado por la Junta de Andalucía. Los resultados se presentaron en el marco del encuentro anual del Bearded Vulture Meeting (IBM) celebrado en Cazorla (Jaén), en el que participaron especialistas en proyectos relacionados con esta especie amenazada. De estos 24 ejemplares, 22 son de origen andaluz y solo dos de los tres observados en La Rioja son ajenos a esta población, si bien uno de ellos también pertenece a un proyecto de reintroducción integrado en la red europea de la Vulture Conservation Fundation (VCF).
La mayor parte de los avistamientos se produjeron en espacios naturales de Andalucía, principalmente en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, en el Parque Natural Sierras de Castril y en el Espacio Natural Sierra Nevada, tres zonas especiales de distribución de la especie desde su reintroducción. Fuera de la región sobresalen los tres ejemplares observados en La Rioja y uno localizado en Albacete.
En las Sierras de Gredos, un área seleccionada por estas aves, se establecieron cuatro puntos de observación sin que se llegara a producir avistamientos y en Cuenca se realizó el muestreo en un punto en el que tampoco se observó nada. En el caso de Murcia hay que destacar que a pesar de los 20 puntos de observación llevados a cabo no se llegó a observar ningún ejemplar, aunque se aprovechó el despliegue para censar otras rapaces y aves de interés y para dar una gran cobertura al evento.
Este censo internacional se ha realizado en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha (provincias de Albacete y cuenca), Castilla y León (provincia de Ávila), Murcia y La Rioja. En Andalucía además de los espacios naturales anteriormente citados se ha muestreado el Parque Natural de Sierra Mágina. En él han participado 106 personas entre ornitólogos y fotógrafos de naturaleza experimentados, quienes han contado con la colaboración de los agentes de Medio Ambiente y técnicos de la Junta.
De los 58 puntos de muestreos establecidos, se han producido observaciones en 43 de ellos, en los que se detectaron a 45 ejemplares, de los cuales se han identificado 24, algunos de ellos avistados en más de un punto de observación.
La identificación de estos individuos se ha podido realizar gracias a las marcas alares y características del plumaje, teniendo en cuenta que sólo 19 portan aún emisores satélites a los que se les pueden seguir sus movimientos. Estos son Tono, Cano, Sansón, Gea, Bigup, Encina, Biosfera, Lápiz, Suerte Somera, Heli, Vera, Guadalquivir, Rayo, Sonia, Góntar, Seprona y Pozo Alcón. Los dos alóctonos son Cenarbe (macho adulto del Pirineo) y Alós (juvenil nacido en el centro de cría Guadalentín y liberado en el Maestrazgo
En la actualidad, se tiene la certeza de la existencia en Andalucía de unos 40 quebrantahuesos gracias a las observaciones e identificaciones individualizas realizadas recientemente por los técnicos del proyecto de reintroducción o a los emisores satelitales que portan.
El censo internacional del quebrantahuesos, lo organiza cada año la Red internacional de monitoreo de esta especie de forma simultánea desde los Alpes a el Macizo Central en Francia y Aude en los Pirineos franceses y Andalucía. En esta ocasión ha sido coordinado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, en colaboración con la Fundación Gypaetus.
Plan de reintroducción
El Programa de reintroducción del quebrantahuesos que desarrolla la consejería pretende conseguir una población autónoma y estable de la especie en la región mediante la liberación de jóvenes ejemplares por el sistema de la cría campestre o hacking.
El quebrantahuesos, incluido en el Plan de recuperación y conservación de aves necrófagas, representa al igual que otras especies amenazadas un recurso importante para el turismo especializado en la observación de aves. De esta manera, la recuperación de la especie supone incrementar una actividad económica en el medio rural con una gran potencialidad y que favorece el desarrollo socioeconómico del territorio.
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