Un total de 27.716 internos, más del 50 por ciento de la población reclusa, participan en alguno de los programas de tratamiento que se ofrecen desde Instituciones Penitenciarias, y cuyo objetivo es conseguir que las personas que ingresan en prisión vuelvan a la sociedad en mejores condiciones. Entre estos programas, destaca el orientado a las personas condenadas por delitos de violencia de género. En este momento un total de 9.675 están realizando este programa, según explicó hoy el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, en su comparecencia ante la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados. Asimismo, cada año alrededor de 1.000 internos participan en los cursos de acceso a la universidad y realizan sus estudios de grado estando en prisión, a los que hay que sumar los más de 18.000 alumnos matriculados para las demás enseñanzas regladas en el curso 2018/2019. “Lo importante es conseguir que las personas que ingresan en prisión vuelvan a la sociedad en mejores condiciones”, señaló Ortiz en el Congreso en una comparecencia en la que explicó que a finales del mes de noviembre el número de personas privadas de libertad ascendía a 50.826. FORMACIÓN Y EMPLEO Entre los números ofrecidos, también destaca los más de 12.000 internos que cuentan con un puesto de trabajo así como los 2.170 que participan en el programa de inserción laboral. El objetivo es crear hábitos y formación laboral para que las personas privadas de libertad puedan así lograr una reincorporación más fácil a la sociedad. El secretario general de Instituciones Penitenciarias señaló además que en la actualidad un 16,6% de las personas privadas de libertad se encuentran clasificadas en tercer grado así como indicó que a lo largo de 2017 se gestionaron más de 124.000 mandamientos que afectaban a condenados a trabajos en beneficio de la comunidad y a suspensiones y sustituciones de condenas.
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