La Consejería de Cultura y Turismo ha concluido las últimas obras de restauración en la iglesia de San Miguel Arcángel, en la localidad vallisoletana de Pedrosa del Rey, que han permitido la reapertura del templo. Estas actuaciones han afectado a zonas de la cubierta y la terraza aneja a la espadaña, para completar la recuperación del espacio interior del templo, con una inversión de casi 400.000 euros, y ya vuelve a estar disponible para los vecinos de Pedrosa.
La iglesia de San Miguel Arcángel, en Pedrosa del Rey, Valladolid, ha abierto de nuevo, al haber terminado las últimas obras de restauración llevadas a cabo por la Junta de Castilla y León. Este templo ha sido objeto de varias actuaciones de conservación e investigación, por parte de la Consejería de Cultura y Turismo, con una inversión total de más de 700.000 euros.
En un primer momento, se acometieron obras de restauración de las armaduras y cubiertas de la iglesia, con lo que se atajaron los procesos de degradación en bóvedas y paramentos interiores. No obstante, las condiciones de conservación no eran óptimas y por ello el templo ha permanecido cerrado la mayor parte del año, utilizándose solo en ocasiones puntuales. La Junta retomó nuevamente la restauración de la iglesia, realizando estudios sobre los revestimientos interiores, armadura del presbiterio y los bienes culturales contenidos, así como calicatas de reconocimiento de suelos, paredes y bóveda del coro, que proporcionaron información para el desarrollo de los trabajos necesarios en el interior. Posteriormente, se abordó un reconocimiento complementario, una evaluación estructural del coro situado a los pies de la nave y una reparación local de las cubiertas de lado del evangelio que, por falta de mantenimiento, habían sufrido desperfectos.
Finalmente, se ha acometido la obra presentada este viernes en el acto al que asistió el director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz. Esta intervención ha tenido como objetivo fundamental la recuperación del espacio interior de la iglesia y de la estanqueidad de la cubierta de la nave de la epístola. Adicionalmente, se ha mejorado la imagen exterior, mediante la eliminación del actual tejaroz.
Últimas obras de restauración
Las zonas sobre las que se ha intervenido han sido, fundamentalmente, el alero de la cubierta y las bóvedas de la iglesia, con excepción de las del coro y del presbiterio, así como los arcos adyacentes. Se ha actuado también sobre los paramentos y pilares del interior de las tres naves de la iglesia y en la terraza situada a los pies de la espadaña.
Los trabajos han consistido en el desmontaje y sustitución parcial del tejado en vertiente suroeste y su reposición con impermeabilización en los aleros; la restauración de la terraza, la consolidación de la estructura del coro, la recuperación de los paramentos interiores en los que existen revestimientos históricos; el revestimiento de parámetros y pilares y el saneado y revestimiento de las bóvedas. La inversión en esta actuación ,de casi 400.000 euros, ha solucionado los problemas que presentaba la iglesia y permite que tras dos décadas vuelva a estar disponible para los vecinos de Pedrosa.
Esta intervención es una de las más importantes desarrolladas en 2018 en la provincia de Valladolid, donde se han puesto en marcha otras 20 actuaciones de restauración con una inversión cercana a los 2 millones de euros.
La iglesia de San Miguel
La iglesia de San Miguel Arcángel es un edificio levantado en sillares de piedra en la torre, esquinas y partes nobles y mampostería y tapial para el resto. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1994. Presenta tres naves de tipo salón, casi a la misma altura, separadas por arcos de medio punto sobre pilares cruciformes y se cubre en la nave central con bóvedas barrocas del siglo XVII, de arista, y en las laterales, con bóveda de cañón con lunetos, ambas ornamentadas con yeserías geométricas de muy poco resalte.
La capilla mayor del siglo XVI, de planta rectangular, se cubre con artesonado sobre arcos de medio punto decorados con pinturas barrocas de temas vegetales. La artesa es octogonal sobre limas y va decorada con lacerías en dibujos geométricos estrellados y el almizate con claves pinjantes de mocárabes. Está policromada.
La iglesia se comienza a construir por la cabecera hacia la primera mitad del siglo XVI y se seguirá avanzando hacia las espadaña ya en el siglo XVII. La armadura policromada del presbiterio y el retablo mayor corresponden a este momento y ya el primer nivel de revestimiento se desarrolló en el siglo XVII. Esta decoración del XVII se caracteriza por su acabado en blanco en toda la iglesia y con despiece de sillares en negro en el muro norte y en dorado en el frente de la capilla de Cristóbal Amado. De esta época son también las decoraciones de cruces repartidas por los muros de la iglesia, especialmente el muro sur y el conjunto pictórico que enmarca el presbiterio.
En el siglo XVIII, se cubren estos revestimientos por unos de acabado verdoso y, ya a finales del XIX, la capa ocre con despiece en negro que caracterizaba a la iglesia. Las bóvedas seguirían esta misma cronología y tipología pictórica.
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