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Exposición de Alfonso Albacete en el Centro de Arte Contemporáneo

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La muestra ‘Las razones de la pintura’ recorre la trayectoria del pintor antequerano durante cuatro décadas y podrá verse hasta marzo


El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) recupera al pintor Alfonso Albacete con la muestra ‘Las razones de la pintura’, primera retrospectiva del artista malagueño desde la que tuvo lugar en 1988 en el desaparecido Museo Español de Arte Contemporáneo, precedente del Museo Reina Sofía de Madrid.

La exposición, que recorre toda la trayectoria del pintor antequerano a través de cuatro décadas, podrá verse en el CAAC hasta el 10 de marzo de 2019, en horario de martes a sábado de 11 a 21 horas y los domingos, de 10 a 15.30. Los lunes, el centro permanece cerrado.

Alfonso Albacete (Antequera, Málaga, 1950) es uno de los principales representantes de la innovación de la práctica de la pintura iniciada en los años 70 y prolongada en los 80 del siglo XX. La muestra se articula en dos grandes apartados que ofrecen una doble lectura, una cronológica y otra temática. El primero se centra en los modos que tiene el artista de dialogar con la obra de otros pintores, y el segundo presenta los principales motivos, temáticas y formulaciones dadas por el pintor en un recorrido por su mundo simbólico y su entendimiento del arte y del trabajo del artista.

El pintor alcanzó notoriedad en la escena española a finales de los años 70 con la exposición ‘En el estudio’, en la que abordaba la conjunción de figuración y abstracción en un solo motivo que, a su vez, absorbía los tres géneros de la pintura: la figura, el paisaje y la naturaleza muerta. Desde aquel momento hasta la fecha, Alfonso Albacete ha desplegado y profundizado en aquella experiencia, a la vez que no ha dejado de inventar modos distintos del hecho concreto de pintar como ejercicio propiciatorio de ideas.

Según el comisario de la muestra, Mariano Navarro, “el título de la exposición me he permitido tomarlo de una larga conversación que mantuvimos Armando Montesinos y yo mismo con otro artista igualmente convincente en sus distintas prácticas, Juan Navarro Baldeweg, quien nos habló de ‘los aspectos fuertes de las razones de la pintura’, como el camino por el que optaron los pintores españoles en los años 70 del siglo XX, tanto para escabullirse de las restricciones impuestas por la dictadura entonces declinante, como para dar respuesta a una cuestión crucial: ¿cómo se independiza uno de la modernidad dominante para constituir su propio discurso?”.

La exposición

La muestra ‘Las razones de la pintura’ se ha articulado en dos grandes apartados. El primero, que recorre el largo corredor central, muestra en una decena de piezas, ordenadas de modo cronológico, cómo la obra de Albacete dialoga con la de otros pintores.

Albacete es uno de los principales representantes de la innovación de la práctica de la pintura.

La exposición comienza cronológicamente en 1979, fecha clave en su producción artística porque supone un punto de inflexión, ya que es el año de la exposición ‘En el estudio’ celebrada en la Galería Egam de Madrid y que supondría su reconocimiento en el panorama artístico. De aquella exposición formaron parte las dos obras con que se inicia esta muestra, ‘Lápices’ y ‘En el estudio’. Es el momento en que Alfonso Albacete adquiere un nuevo compromiso y casi abandona cualquier tentativa extrapictórica. Se trata de una reivindicación de la vuelta a la pintura, al convertir en protagonistas al espacio de creación, a los materiales usados, al boceto, al modelo y al natural.

En las seis salas que integran el Claustrón Sur se han compuesto otros tantos capítulos, mezclando obras de distintos momentos, que se ocupan de los principales motivos, temáticas y formulaciones dadas por el pintor, a la vez que es también un recorrido por lo que se puede considerar su mundo simbólico, y las razones profundas de su entendimiento del arte y del denodado trabajo del artista.

Sala 1: Los primeros cuadros de las ‘Conferencias de arte’, realizados en 1997, surgieron de las que realmente se dictaban en CRUCE, un centro cultural autogestionado en el que participaron muy activamente, entre otros, el artista Manolo Quejido, el escritor y teórico Fernando Carbonell y el propio Alfonso Albacete. Esta serie abordaba, en palabras del propio artista, “la utilización como modelo para la pintura de cosas que surgen, digamos, después de la pintura, por ejemplo su proyección en una sala, o la misma conferencia como discurso montado alrededor de la pintura”. Aquellas eran bicromías en blanco y negro, o en azules pálidos y grises, severas y con un punto de ascetismo formal, que remitía quizás, a lo árido del resultado final de la metamorfosis de lo visible en lenguaje verbal. Estas Conferencias de arte reaparecerán en 2013-2014 en la serie ‘Natura’. En ella, como otro bucle, aparece el artista pintando cuadros realizados con anterioridad, pero dándoles ahora una dimensión teórica y un color, que entonces no tenían.

Sala 2: El estudio del artista ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia del arte, pintar el estudio es realizar una obra autorreferencial, íntima, donde se muestra el lugar en el que se origina la pintura y por tanto parte del proceso creativo. Estas obras están dedicadas al estudio como hábitat natural y como espacio de reflexión sobre el hecho mismo de pintar y en ellas aparecen algunos de los talleres en los que ha trabajado Alfonso Albacete. En esta sala se muestran cinco obras que continúan el tema planteado en el corredor central.

Sala 3: Reúne cuatro obras de entre las muchas realizadas entre mediados de los años 80 y los primeros de los 90, cuya base principal son tanto los mitos antiguos, como los clásicos y ciertas lecturas concretas y determinadas.

Sala 4: Muestra tres ejemplos del complejo mundo simbólico de las pinturas de Albacete, además del tratamiento de la figura humana, en las que resultan palpables las referencias a Muybridge y sus secuencias de figuras en movimiento, así como a Duchamp y sus célebres desnudos bajando una escalera. Enlaza con Narciso de la sala anterior en cuanto a que trata simbólicamente el tema de la muerte y la búsqueda de la eternidad, las situaciones límite entre la vida y la muerte.

Sala 5: En esta sala se presentan dos obras que tienen en común, por una parte, la representación realizada de memoria en el estudio de lugares contemplados previamente por Albacete y, por otra, ser dos de sus propuestas más próximas a la abstracción de Klein, Mondrian o Pollock. Se trata de la gran serie ‘El mar de la China’ y la obra ‘Cueva Negra (Primavera)’, que forma parte de otra gran serie, ‘Cueva Negra’.

Sala 6: La última sala de la exposición trata del espacio vivido. Hay también un juego de referencias entre interiores y espacio exterior y, también, un tratamiento del tiempo y su transcurrir al que hemos asistido en otras propuestas de la exposición.

En la cronología de las obras expuestas se puede comprobar que hay algunas más entre las realizadas en los últimos 20 años. Ello responde a una decisión del comisario de la muestra quien afirma que está dictada “por el convencimiento de que su labor en lo que va de siglo no solo ha consolidado absolutamente sus trabajos precedentes, sino que se ha abierto a nuevos y más complejos caminos, a la vez que, por más que estos sean tiempo difíciles para la aceptación de según qué términos, ha pintado algunas de las mejores y más bellas pinturas que me ha sido dado ver en estos años”.


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