La XI Bienal Ibérica del Patrimonio Cultural, AR&PA 2018, ha acogido, dentro de la actividad El cine y la memoria. Imágenes recuperadas, la presentación de la declaración del documental El Canal de Castilla como Bien de Interés Cultural, con categoría de bien mueble, cuyo inicio de tramitación se publica hoy en el BOCyL, con el expediente de incoación. Esta iniciativa de protección de la Junta de Castilla y León responde al reconocimiento de la significación cultural, documental y patrimonial del cine. El documental, realizado en 1931 por el director y documentalista salmantino Leopoldo Alonso Hernández, forma parte de las películas históricas que se custodian en la Filmoteca de Castilla y León y se incluye en el legado de la historia de la producción audiovisual de la Comunidad. Muestra imágenes únicas del pasado reciente de una obra de ingeniería con una fuerte carga simbólica dentro y fuera de la Comunidad.
El director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, y la directora de la Filmoteca de Castilla y León, Maite Conesa, han presentado hoy, en el marco de la XI Bienal Ibérica del Patrimonio Cultural, AR&PA 2018, la declaración del documental ‘El Canal de Castilla’ (1931) como Bien de Interés Cultural con categoría de bien mueble, cuyo expediente de incoación se ha publicado hoy en el BOCyL. Se trata de la primera iniciativa de la Junta de Castilla y León para proteger el patrimonio audiovisual de la Comunidad, una parte integrante del patrimonio cultural, como expresión y testimonio único de los acontecimientos y reflejo de la sociedad actual y de la cultura contemporánea.
En este sentido, Saiz ha señalado que “el patrimonio audiovisual constituye un referente cultural excepcional y significativo de la sociedad desde la segunda mitad del siglo XIX y como tal se ha incorporado a las estrategias y programas de reconocimiento, tutela y gestión del patrimonio cultural llevadas a cabo por la Junta”. El patrimonio cinematográfico conservado en España desde 1896 hasta 1940 es escaso, de ahí la relevancia de este documental, que es uno de los documentos más importantes de la producción custodiada en la Filmoteca de Castilla y León, entre los de la década de los años treinta, que el paso del tiempo ha situado como ejemplo del lenguaje cinematográfico de la II República.
El documental
La recuperación de este documental en 35 mm., mudo y en blanco y negro, depositado por la Confederación Hidrográfica del Duero en el año 1997 en la Filmoteca de Castilla y León, ha supuesto la oportunidad de preservar unas imágenes únicas del pasado reciente y la posibilidad de poder acercar a los ciudadanos una producción de gran calidad técnica sobre una de las infraestructuras de ingeniería más significativas de Castilla y León, con un singular significado histórico y simbólico dentro y fuera del ámbito territorial por donde discurre. ‘El Canal de Castilla’ muestra imágenes rodadas durante el año 1930 de esta obra, mediante la que se pretendía conectar la meseta con la costa norte, concretamente con el puerto de Santander, a través de esta vía que permitiera el flujo de mercancías y de personas. La importancia de esta obra de ingeniería fue reconocida mediante su declaración como Bien de Interés Cultural en 1991.
El documental capta y registra imágenes inéditas de esta infraestructura de comunicación, incorporándose a la documentación histórica en otros soportes que constituyen bienes únicos que integran el patrimonio cultural. Recoge, además, imágenes inéditas de este proyecto que, revitalizado en la actualidad como recurso patrimonial y turístico, sigue formando parte importante en la economía y la cultura de parte de las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid, un símbolo del progreso ilustrado y de la capacidad del ser humano para transformar y mejorar su entorno.
Esta película-documental está rodada y montada por el operador salmantino Leopoldo Alonso Hernández, uno de los documentalistas más prestigioso de las décadas de los veinte y los treinta del siglo XX. ‘El Canal de Castilla’ se considera un documento de gran importancia, por las características técnicas y cualidades estéticas de la imagen, por su interés documental relevante, por mostrar el modo de vida industrial en torno al Canal y por ofrecer unas imágenes panorámicas de Valladolid en 1930 consideradas únicas.
La declaración de la Junta como Bien de Interés Cultural garantiza su salvaguarda y conservación para la posteridad como fuente de enriquecimiento para generaciones presentes y futuras.
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