Liberadas dos víctimas que fueron instruidas por la organización para cometer los hurtos, utilizando bolsos forrados de aluminio para esconder las prendas y ganzúas para quitar los dispositivos de alarma, siendo aleccionadas para no sobrepasar la cantidad que a efectos legales es considerada como delito leve
Las mujeres recibían instrucciones claras de cómo y en qué tipo de tiendas debían cometer los hurtos, siempre pertenecientes a un mismo grupo empresarial. También eran aleccionadas sobre el número de prendas a hurtar diariamente, sin que la suma debiera sobrepasar la cantidad para que a efectos legales sea considerado un delito leve.
A la hora de cometer los hurtos, debían vestir una ropa determinada para pasar desapercibidas y usar bolsos forrados de aluminio y ganzúas para poder quitar con facilidad las alarmas que protegen a las prendas. Los agentes han constatado que las prendas hurtadas eran enviadas por paquetería hasta la ciudad de Ploiesti (Rumanía), donde la propia organización tenía una gran tienda de ropa tipo outlet. Allí etiquetaban de nuevo las prendas y se ponían a la venta con lo que todos los beneficios eran para el grupo delictivo. Además eran anunciadas en su página web, copiando también los modelos de las páginas web de un famoso grupo textil.
Tras analizar toda la información recopilada, los agentes establecieron el correspondiente dispositivo operativo en Móstoles (Madrid). Se logró la detención de los cinco miembros de la red- cuatro ciudadanos rumanos y un venezolano- y la liberación de dos de las víctimas. Los investigadores realizaron un registro domiciliario donde hallaron placas de alarma y prendas de ropa valoradas en más de 30.000 euros.
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