Los interesados podrán conocer más a fondo a Pablo Serrano como autor y como persona a través de retratos en tres jornadas: el 25 de octubre, el 22 de noviembre y el 20 de diciembre, a las 18.30
La exposición se estructura en tres partes, la primera de las cuales está dedicada al Pablo Serrano retratista, cómo miró, reinterpretó y modeló la personalidad de sus coetáneos a través de las interpretaciones al retrato. Concretamente, esta primera zona reúne un total de 18 retratos que conforman una galería de personajes que narra las relaciones personales y profesionales que Serrano entabló a nivel nacional e internacional dentro del mundo artístico y que, a su vez, son una manifestación del lugar que ocupó dentro del contexto cultural de la segunda mitad del siglo XX. Entre las piezas mostradas, acompañadas de documentación diversa, se incluyen los retratos del que fuera director del MoMA René D’Harnoncourt, del coleccionista Joseph Hirshhorn, de los artistas Juana Francés y Manolo Millares, de los intelectuales Gaya Nuño y Aranguren, del poeta Miguel Labordeta, depositada por la familia Labordeta en el IAACC Pablo Serrano, o la de José Camón Aznar, prestada por la Fundación Ibercaja.
La segunda parte de la exhibición se centra en el Pablo Serrano retratado, cómo le vieron y le inmortalizaron en sus reportajes algunos de los fotógrafos más importantes de la época, y que constituyen la cara pública que el autor quería proyectar de sí mismo. Entre la nómina de fotógrafos encontramos a Sánchez Millán, Nicolás Muller, Juan Dolcet, Núñez Larraz, Henry Ries, Waintrobe, Marvin Bolotsky o Alberto Schommer, con una imagen prestada en este caso por la Fundación Alberto Schommer.
Las fotografías que se reúnen muestran al escultor en distintos contextos: en su estudio, en el taller en pleno proceso de creación, en la intimidad de su casa o en sesiones fotográficas de estudio, entre otras. A través de ellas, y vistas en conjunto, asistimos a las distintas etapas vitales del autor. También hay espacio para el género de la caricatura para la prensa diaria, una especie de interpretación al retrato salida, en este caso, de la pluma y que muestra una visión más popular de Pablo Serrano, a través de los dibujos de autores como el aragonés Ugalde o el canario Eduardo Millares ‘Cho Juaa’, hermano del pintor Manolo Millares.
La exposición se cierra reflexionando sobre la manera en cómo Pablo Serrano se vio a sí mismo, a partir de dos autorretratos, uno fechado en 1950 y prestado por Valeria Serrano, y otro depositado en el centro por Wifredo Rincón. A través de esta selección de autorretratos descubrimos esa “automirada” en la que se incluye también la presencia de Unamuno, personaje con el que Serrano, dada la semejanza física compartida, jugaba a la identificación como traslación de la admiración intelectual que sentía por él.
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