Se trata de una reivindicación histórica de la zona que permitirá, por fin, la ejecución de las balsas de San Gregorio II y La Portellada, en las que el Ejecutivo aportará el 40% de la financiación (4,8 millones de )
El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, ha suscrito este lunes un convenio con la Comunidad de Regantes de la Acequia de Ontiñena que permitirá abordar, por fin y tras más de 8 años de bloqueo, la ejecución de las balsas de San Gregorio II y La Portellada en la zona de Monegros II. Se trata de una obra de 12 millones € a la que el Gobierno se Aragon aportará 4,8 millones €. Todo ello en el marco del nuevo modelo de financiación de nuevos regadíos creado por el Gobierno de Aragón y en el que las Comunidades de Regantes pasan a desempeñar un papel protagonista.
“Las balsas permitirán la puesta en riego de 4.400 ha en Monegros II, así como el refuerzo de otras 2.400 ha que beneficiará a 604 propietarios y rentabilizará una inversión pública ya efectuada por las diferentes administraciones, próxima a los 70 millones de euros, multiplicando por 27 la producción y por 21 el empleo actualmente ofrecido”, ha explicado el consejero.
Con este convenio, el Gobierno de Aragón inicia una nueva etapa de actuación “absolutamente imprescindible en estas tierras áridas de la zona de Monegros” que, tras años de paralización y en estrecha colaboración con el Gobierno de España así como con las Comunidades de Regantes, pretende poner en riego otras 13.000 hectáreas. Se trata de superficies correspondientes a los sectores VIII y XIII en los términos de Bujaraloz, La Almolda y Pina de Ebro así como los dependientes del Sifón de Cardiel en término de Fraga, que ya cuentan con importantes inversiones públicas realizadas y que, por tanto, es imperativo finalizar con el propósito de hacer realidad los beneficios sociales y territoriales que motivaron la declaración, vigente, del interés nacional.
Olona ha recordado la importancia de transformar el secano en regadío porque “sin regadío no hay futuro agroalimentario”. En este sentido, ha elogiado a la Comunidad de Regantes de la Acequia de Ontiñena por su “carácter pionero”. Un ejemplo que ya ha animado a otras comunidades de regantes que han entendido las ventajas y la rentabilidad que supone el regadío.
Sostenibilidad económica, social y ambiental
Con todo ello se busca también alcanzar el necesario equilibrio entre la sostenibilidad ambiental de una zona árida con valores naturales sobresalientes, que han justificado la declaración de 103.000 hectáreas de zonas de especial protección de aves, y la también necesaria sostenibilidad económica y social que supondrá terminar las obras en 13.000 hectáreas de regadío a medio ejecutar, que asegurarán oportunidades de empleo y futuro de una zona particularmente castigada por la despoblación.
Los regadíos de Monegros II se iniciaron en 1986 mediante la publicación del Real Decreto que aprobó el Plan General de Transformación de la zona. El proyecto, en su fase central y oriental, sufrió diversas vicisitudes ambientales a mediados de los años 90 que, para su desbloqueo y cumplimiento de la Directiva de Conservación de Aves Silvestres ante la Comisión Europea, condujeron a la declaración, por parte del Gobierno de Aragón, de 103.000 hectáreas de Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) en el área de actuación. Ello supuso, además, reducir un tercio las futuras superficies regables, pasándose de las 65.000 hectáreas inicialmente planificadas a poco más de 40.000 hectáreas finalmente regables de las que, a fecha de hoy y habiendo pasado 32 años, tan solo se riegan 15.700 hectáreas.
Tras este reajuste global que garantizó la compatibilidad ambiental del nuevo regadío todavía pendiente, se obtuvieron las pertinentes declaraciones de impacto ambiental positivas y en 2004, se aprobó por Orden Ministerial, el Plan Coordinado de Obras a ejecutar para el resto de superficies de riego.
Desde ese momento, se han finalizado por parte del Gobierno de Aragón, las concentraciones parcelarias efectuándose la división de las explotaciones de los agricultores en dos partes: una en zona regable y la otra en zona ZEPA, con el fin de distribuir la carga y responsabilidad ambiental entre todos los propietarios, con independencia de dónde se ubicaban inicialmente sus explotaciones.
Finalmente, se entregaron los títulos de propiedad de las nuevas parcelas, indicando aquellas calificadas como regadío (aunque hoy todavía siguen en secano). También se han finalizado las obras de nuevos caminos, de drenajes enterrados, e incluso en 13.000 hectáreas se instalaron las redes de riego y se construyó el embalse de regulación de Valdepatao, con cerca de 6 Hm3 de capacidad. En total, una inversión pública ya ejecutada por la Administración General del Estado y por la Autonómica de 150 millones de €.
De dichos importes ya invertidos, 70 millones se corresponden con la Comunidad de Regantes de la Acequia de Ontiñena, siendo que de las 6.800 hectáreas con la red de riego instalada y el hidrante puesto parcela desde el año 2011, sólo se están regando en condiciones complejas unas 2.400 hectáreas.
De las tres balsas de derivación del canal principal necesarias, únicamente se había construido la de San Gregorio I. Ante la parálisis inversora de las administraciones por los efectos de la pasada crisis, los propios regantes propusieron ejecutar y financiar ellos mismos las dos balsas que faltaban si bien, dado que se trata de una zona de interés nacional, la abogacía del Estado informó negativamente en 2015. Este problema, fruto del nuevo modelo implementado por el Gobierno de Aragón, quedó finalmente solventado mediante la promulgación de la Orden del Ministerio de Presidencia de fecha 25/08/2018, que hace posible el Convenio hoy firmado.
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