
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La descarbonización en España avanza, impulsada por una oferta robusta, pero la verdadera transformación depende de incentivar la demanda para evitar ineficiencias y asegurar la sostenibilidad económica de las inversiones, según el estudio ‘Observatorio de Tendencias en el contexto la Transición Energética’, realizado por Exolum en colaboración con Deloitte.
El informe subraya que la transición energética es “una oportunidad para España”, ya que el país cuenta con suficientes recursos naturales renovables y un sector privado preparado para “consolidar su liderazgo” en energías limpias, aunque para ello será necesario realizar una mayor inversión en I+D y ajustar la oferta y la demanda de los nuevos vectores energéticos.
Asimismo, destaca el papel actual de los biocombustibles, los combustibles sintéticos y los gases renovables, que representan “una oportunidad significativa” para la descarbonización de sectores de difícil electrificación, como el transporte pesado por carretera, el transporte aéreo y marítimo, y ciertos procesos industriales.
Así, valora que la transición hacia un modelo de movilidad más sostenible requiere la introducción progresiva de este tipo de combustibles alternativos, con una penetración que hoy en día está todavía lejos del objetivo del 20% en 2030 del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
“En la transición hacia una economía baja en carbono, los biocombustibles y los combustibles sintéticos juegan un papel crucial. Su implantación gradual es esencial para descarbonizar el transporte pesado y otros sectores industriales donde la electrificación no es viable, alineándonos con los objetivos climáticos”, señaló el consejero delegado de Exolum, Jorge Lanza, en la presentación del estudio.
Por otra parte, el estudio apunta los importantes desafíos que afronta el hidrógeno verde para su implantación y destaca la reducción de costes, impulsada por innovaciones tecnológicas, las economías de escala, las inversiones en infraestructuras y la colaboración público-privada, como “esenciales para cerrar la brecha de precios y hacer que sea competitivo”.
Además, el estudio también recoge los diferentes ritmos en los que se están desarrollando los nuevos vectores energéticos y las diferentes velocidades de descarbonización por sectores económicos. Así, mientras el año pasado se superaron los 83 gigavatios (GW) de potencia instalada renovable y los siete GW de autoconsumo solar, otras tecnologías fundamentales para la descarbonización, como la captura de carbono, requieren de un mayor impulso para equiparar su desarrollo a otros países europeos.
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