
VALLADOLID, 19 (EUROPA PRESS)
El presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora y director de ECOVAEstudios, Juan Carlos de Margarida, ha augurado este miércoles una “guerra comercial” a nivel mundial por el “juego arancelario” que tendrá “consecuencias imprevisibles” que afectarán a la comunidad autónoma de Castilla y León.
Esta circunstancia, ha aseverado, desembocará “en un futuro muy incierto que ya es un presente donde la UE debe planificar y ejecutar una nueva estrategia comercial, industrial y tecnológica”, ha pedido el director de ECOVAEstudios.
De Margarida ha considerado que Castilla y León debe potenciar y ayudar a incrementar el tamaño de las pymes y establecer incentivos fiscales a través de la legislación para atraer más inversión empresarial.
“Se necesitan altas dosis de sentido común, valentía y amplitud de miras de la UE, España y de las comunidades autónomas para poder sortear los vaivenes económicos que se van a producir en este año 2025 e, incluso, en 2026”, ha reclamado el presidente de ECOVAEstudios.
Para ello, ve “conveniente” una colaboración público-privada sin matizaciones, una disposición a mirar más allá de nuestro territorio, en donde la innovación, la competitividad, la formación, la digitalización, las competencias transversales y las habilidades serán determinantes para el crecimiento económico y el bienestar social de los ciudadanos.
Así se ha pronunciado De Margarida con motivo de la presentación este miércoles del ‘Observatorio Económico de Castilla y León’ correspondiente al cuarto trimestre de 2024 en la que ha analizado también las principales variables económicas a tener en cuenta en 2025, tipos de interés, inflación y aranceles.
“El comercio mundial se enfrenta a un cambio de paradigma y Europa no se va a quedar fuera del juego arancelario, ya que además de los aranceles del 25 por ciento al acero y al aluminio ya impuestos por EEUU se prevén incrementos de los aranceles en automóviles, productos agrícolas y otros productos”, ha explicado De Margarida que ha augurado que ante esta realidad Europa responderá con otros incrementos de aranceles.
En cuanto a la inflación, ha explicado que si suben los precios por los aranceles la consecuencia será la disminución del poder adquisitivo de las familias “y, por ende, la disminución del consumo”, a lo que ha añadido los posibles efectos negativos en las empresas, como disminución de las exportaciones, de los beneficios, de la inversión y de la contratación laboral “junto con un posible incremento de los despidos”.
Finalmente y en cuanto a los tipos ha recordado que después de que el BCE los dejara en 2,5 por ciento, la realidad que subyace es que el coste de los préstamos de las empresas y consumidores está disminuyendo “potenciando el consumo y la inversión con un efecto directo en el crecimiento económico”.
Dicho esto, ha considerado que a partir de ahora el BCE “tiene que estar muy fino” a la hora de tomar decisiones para dar confianza “y no crear incertidumbre” con el único objetivo de lograr el equilibrio “para que no se produzca una ralentización de la economía”.
En este sentido ha pedido al BCE que no relaje su política monetaria “debiendo volver a planificarla, logrando con ello que exista una estabilidad de precios a pesar de la coexistencia de dos guerras, el repunte de precios o el aumento del gasto público, especialmente ahora con el incremento en Defensa”.
De Margarida ha recordado finalmente que la economía tiene “vida propia” y ha reconocido que cuando se pensaba que la incertidumbre se encontraba en proceso de reducción, han surgido otras nuevas variables, como los aranceles, “que hacen desestabilizar cualquier pronóstico de estabilidad y crecimiento económico”.
A esto ha añadido que el proteccionismo se contrarresta con más proteccionismo, “provocando una guerra comercial que de seguro empobrece las economías de los países afectados”.
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