
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El visionado de las cámaras de videovigilancia de las calles, locales y cajeros automáticos de la zona en la que se produjo en agosto de 2021 el crimen de Gabriel Kraus, el barrio de Prosperidad de la capital, muestra el trayecto que realizaron los tres pandilleros acusados del asesinato tras apalizar sobre las siete y media de la tarde a machetazos al joven promesa del boxeo.
El tribunal y el jurado popular del juicio han escuchado este jueves el testimonio de los agentes de la Policía Nacional que realizaron el visionado de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona, desde las instaladas en portales hasta las ubicadas en cajeros automáticos.
Las imágenes muestran a los tres acusados huyendo del lugar donde Gabriel fue asesinado a las puertas del apartamento donde se encontraba esa tarde de fiesta con unos amigos. Los investigadores les identificaron por la vestimenta, ya que los tres llevaban el rostro cubierto por mascarillas al ser época de pandemia.
El pasado martes, un testigo protegido apuntó a uno de los procesados como el supuesto autor material del asesinato, si bien un menor ya fue condenado como la persona que le asestó la puñalada mortal en el corazón que acabó con su vida.
Los tres procesados se enfrentan a una petición de pena de prisión permanente revisable, la máxima pena que hay en España. Las defensas solicitan su libre absolución al defender que no participaron en el asesinato frente a la abundante prueba de cargo, entre ella el testimonio incriminatorio de varios exmiembros de la banda.
Gabriel fue asesinado la tarde del 19 de agosto de 2021 a las puertas del apartamento donde se encontraba con unos amigos en una fiesta. La víctima habría comentado la palabra ‘Suwoop’ al paso de varios miembros de la banda de los Dominican Don’t Play. A los pocos minutos, un grupo más nutrido regresó al lugar para apalizar al chico, quien recibió numerosos machetazos, uno de ellos en el corazón.
En la sesión, han comparecido los agentes que realizaron el visionado de las cámaras de la zona, así como policías de diferentes comisarías que han expuesto otros hechos ilícitos que se vinculan con los acusados para sustentar la acusación de su pertenencia a la banda latina de los Dominican Don’t Play.
CRIMEN A MACHETAZOS
El escrito de acusación indica que sobre las 19 horas del 19 de agosto de 2021, un grupo de jóvenes compuesto por seis personas y otros tres menores de edad, se hallaban en el apartamento de Madrid celebrando una fiesta.
Al cabo de media hora cuatro de ellos salieron a la calle “fumando y bebiendo en la acera y ocupando parte de la calzada donde estacionan los vehículos, en actitud festiva, permaneciendo el resto del grupo en el interior del apartamento”.
A esa hora los tres acusados y un menor transitaban por esa misma calle cuando una de las personas que estaba de fiesta pronunció en voz alta la expresión SUWOOP, la cual identifica al grupo juvenil organizado de carácter violento y origen latino denominado Blood.
Este hecho, acompañado de que la víctima llevaba prendas de vestir rojas, en concreto su camiseta, símbolo identitario de la referida banda, hizo que los tres varones que pasaban en ese momento por el lugar entendieran que se trataba de una provocación entre bandas rivales.
El gesto fue recriminado a G.K. K. por su amigo E. R. M., “plenamente consciente de que se encontraban en un barrio dominado por la banda de los DDP y gestos como ese podían generarles problemas, al tratarse de bandas contrarias”.
Pocos minutos después Joseo, La Bestia y Panda, junto a otros cinco menores de edad, se dirigieron armados al apartamento donde se estaba celebrado la fiesta para acabar con la vida de G. K. K. Al llegar allí los acusados exigieron a la víctima que realizara el símbolo de “Baja Patria” o “Baja de Siete”, frases propias del argot de grupos juveniles organizados de carácter violento y origen latino “que se corresponderían con gestos de humillación hacia la banda rival Bloods o Trinitarios”.
Ante la negativa de G. K. K., Panda le lanzó un puñetazo a G. K. K. y éste repelió la agresión. En ese momento las personas que acompañaban al acusado acorralaron a la víctima mientras unos le propinaron puñetazos y patadas, los otros le asestaron varias cuchilladas hasta causarle la muerte.
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