Exige a la ONG pruebas “concretas” y considera que su credibilidad es “muy cuestionable” por sus “vínculos” con el Gobierno de RDC
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El Movimiento 23 de Marzo (M23) ha rechazado “categóricamente” este miércoles el informe presentado en la víspera por la ONG Human Rights Watch (HRW) que acusaba al grupo rebelde y sus aliados de haber atacado a periodistas y activistas desde que capturaron la capital de Kivu Norte, Goma, en el este de República Democrática del Congo.
“Esta publicación constituye un intento flagrante de difundir información falsa, engañar al público y favorecer los intereses del régimen de Kinshasa. Nuestra organización nunca ha arrestado, intimidado ni perseguido a ningún periodista o activista”, reza un comunicado publicado por el portavoz del M23, Lawrence Kanyuka, en su perfil de la red social X.
En este sentido, ha exigido a HRW que proporcione pruebas “concretas” que respalden sus afirmaciones, puesto que considera que su credibilidad “es muy cuestionable”, dados sus “vínculos bien documentados” con las autoridades congoleñas. “Condenamos enérgicamente este abuso de influencia para empañar la imagen de nuestra organización”, ha agregado.
Es por eso que el portavoz rebelde ha instado al público y a los socios internacionales a que “desestimen este informe sesgado y, en su lugar, examinen la relación de HRW con el régimen de Kinshasa, que ha comprometido la integridad de sus publicaciones”.
Por último, ha subrayado que la Alianza Río Congo (AFC), encabezada por el M23, “siempre ha defendido la libertad de prensa y mantiene su red de contactos con periodistas nacionales e internacionales”. Según ha señalado, los profesionales de los medios de comunicación “tienen libertad para operar en las zonas liberadas sin restricciones, censura ni narrativas impuestas”.
El M23, integrado principalmente por tutsis congoleños, ha logrado importantes avances territoriales durante las últimas semanas, una ofensiva que ha llevado a RDC a acusar directamente a Ruanda de desplegar tropas en su territorio para apoyar las operaciones del M23, en medio de los llamamientos regionales a un alto el fuego y un proceso de paz.
Por su parte, las autoridades ruandesas acusan al Gobierno de RDC de reprimir a los tutsis congoleños, que suponen una minoría en el este del país africano, con apoyo de grupos armados como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) –fundada por hutus huidos tras el genocidio en Ruanda en 1994– y otras milicias locales.
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