VALÈNCIA, 11 (EUROPA PRESS)
La concejalía de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de València ha realizado, a fecha de este martes, un total de 311 análisis de aceite en los puestos de masas fritas de Fallas y ha ordenado 47 cambios, además de llevar a cabo 44 inspecciones de agua.
“Hasta el momento llevamos un total de 369 controles y vamos a seguir haciéndolos hasta el 19 de marzo, porque la salud de los valencianos y de los visitantes durante estas Fallas es una prioridad”, manifiesta el concejal del ramo, José Gosálbez.
Durante estas fiestas josefinas se han instalado 162 puestos de venta de masas fritas por toda la ciudad, que funcionan desde el pasado día 1 hasta el 19 de marzo, según establece el bando fallero. Del total de puestos instalados, 17 están adscritos a bares.
Cada día de Fallas se realizan inspecciones de las churrerías y buñolerías instaladas en las calles de València para comprobar que cumplen con las medidas higiénico-sanitarias exigidas.
“INSPECCIONES SORPRESA”
Según el edil, “las inspecciones se realizan de manera aleatoria; es decir, por sorpresa, y pueden ser cualquier día de la semana y a cualquier hora”.
Las ocho personas del servicio técnico del Ayuntamiento que realizan las inspecciones supervisan las condiciones sanitarias de cada puesto. Controlan que se cumplen las prácticas de manipulación, la conexión de red, que dispongan de calentador de agua y de grifo de accionamiento no manual y que utilicen toallas de un solo uso, entre otros aspectos.
Se mide la calidad del aceite con un medidor de compuestos polares y se toman muestras de agua in situ para comprobar su estado microbiológico y químico. Todos los puestos tienen que estar conectados a la red municipal de abastecimiento de agua.
Paralelamente, se comprueba que todas las churrerías tengan en lugar visible la lista de precios, que dispongan de lista de reclamaciones y que emitan tique si así lo demanda el cliente. El bando fallero marca la pauta y establece la normativa que todos los puestos de venta de churros tienen que cumplir.
“No solo controlamos el aceite o el acceso del agua, sino también los precios de venta de los productos, algo que nos parece fundamental ya que afecta a los derechos del consumidor”, apunta el concejal de Sanidad.
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