MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
La asociación Proyecto Hombre Madrid está “muy preocupada” por el aumento en mujeres del consumo de benzodiacepinas sin receta.
Así lo admitió este sábado el director adjunto en Proyecto Hombre Madrid, Jesús Villanueva, en declaraciones a Servimedia con motivo del 8-M y en las que explicó que las mujeres representaron el 21,83% de las 6.212 personas atendidas por la entidad a lo largo de 2024.
En cuanto al perfil de esas mujeres atendidas, precisó que se trata de mujeres de entre 36 y 45 años, con estudios superiores y trabajo y que la principal sustancia por la que piden ayuda es el alcohol, mientras en el caso de las jóvenes, la media es de 16 o 17 años y la principal sustancia es el cannabis.
En este contexto, reiteró que a la asociación le “preocupa mucho” el consumo de benzodiacepinas, cuya prevalencia es “superior” en ellas que en los hombres “en todos los tramos de edad” y subrayó que las consumen un 2,38% de mujeres frente al 0,54% de los hombres.
Tras puntualizar que la benzodiacepina es una sustancia que se toma para la ansiedad y para el insomnio, advirtió de que, “el problema es que, cuando se toma sin receta o sin supervisión médica, tanto la cantidad que se toma como el tiempo pone en riesgo la salud de las personas”, dado que “genera mucho riesgo de adicción”, pese a lo cual “están muy normalizadas y disponibles”.
BLANQUEAMIENTO
En este sentido, Villanueva denunció el “blanqueamiento” del que goza esta sustancia y explicó que, consumida bajo supervisión médica y con receta “no tiene riesgo”, pero, cuando se toma “libremente”, el usuario “corre el riesgo de necesitar tomar cada vez más cantidad y durante más tiempo de lo adecuado”, por lo que “fácilmente puede generar dependencia”.
En la misma línea, quiso “alertar a las mujeres de que, en general, el abuso puede ser muy peligroso”, máxime si se combina con el alcohol, que “potencia muchísimo el efecto”, y agregó que, junto a ello, la “baja tolerancia a la ansiedad” que existe en la sociedad actual “facilita que haya un abuso y un riesgo de dependencia”.
PATOLOGÍA DUAL
Según la asociación, otro dato “relevante” es la presencia de patología dual, es decir, la concurrencia de un trastorno adictivo y otro trastorno mental, cuyo porcentaje en mujeres también es superior al de los hombres. En adultos, este porcentaje alcanza el 38,73% en ellas frente al 28,94% en ellos.
Entre los trastornos con mayor prevalencia destacan los trastornos de la personalidad, seguidos de los trastornos depresivos y los trastornos de ansiedad. En menores y jóvenes, el porcentaje de patología dual en chicas es del 47,95% frente al 26,84% en chicos y, en su caso, los trastornos alimentarios, seguidos de los trastornos de la personalidad, los trastornos depresivos y los trastornos destructivos del control de impulsos son los trastornos con mayor prevalencia.
Junto a ello, Villanueva aseveró que ellas “siempre tardan significativamente más que los hombres en acudir a pedir ayuda”, entre otras cuestiones porque sufren el “doble estigma” de ser mujer con problemas de salud mental y consumidora, lo que provoca que ellas “oculten su situación, tarden más tiempo en pedir ayuda y acceder a tratamiento, y por tanto, que presenten una mayor cronificación”.
“Socialmente está mucho peor visto y está mucho más penalizado cuando las mujeres tienen problemas de salud mental y abuso de sustancias o adicciones, especialmente adicciones como el alcohol o la cocaína, que generan un deterioro cognitivo”, añadió, al tiempo que indicó que “socialmente son mucho más penalizadas”.
GRUPO CIBELES
A su disposición, la entidad cuenta con programas específicos como el Grupo Cibeles, un espacio terapéutico puesto en marcha el 5 de octubre de 2022 con el objetivo de fomentar el bienestar de las mujeres que participan en el mismo atendiendo sus necesidades y fortaleciendo su red de apoyo, según informó Proyecto Hombre Madrid.
“Abordar las adicciones y otros problemas de salud mental teniendo en cuenta las necesidades y características de cada persona, y en concreto los factores específicos de género, es necesario para lograr una mayor efectividad del tratamiento”, defendió la asociación, que, desde su constitución en 1984, incorpora el enfoque de género en todos sus programas, adaptándose a las necesidades “específicas” de las mujeres a través de tratamientos individuales, al entender, según Villanueva, que “la forma de enfermar y de estar mal de las mujeres y los hombres no siempre es igual y requiere a veces un tratamiento específico y un traje a medida”.
Así, cuenta con servicios “enfocados” en la mujer como este Grupo Cibeles, guiado por psicólogas y dirigido a mujeres que necesitan acompañamiento durante una situación de dificultad, independientemente de tener o haber tenido una adicción, así como a aquellas mujeres que tienen un vínculo directo con estas como pueden ser sus madres, sus hermanas y/o sus amigas.
“Se trata de un grupo de encuentro en el que las mujeres participantes atienden sus necesidades, comparten sus experiencias e inquietudes, abordan vivencias y temas en común y amplían su red de apoyo acompañadas de profesionales que les dotan de las herramientas necesarias para enfocarse en sus fortalezas y ser conscientes de sus competencias”, según la asociación, que lo definió como “una oportunidad de encontrar un espacio seguro con otras mujeres, dedicado a ellas, donde el trabajo realizado les hace sentirse mejor, más fuertes y capacitadas para vivir de manera más sana y plena”.
Por último, Villanueva aseveró que, en dicho espacio, las mujeres con adicciones “pueden poner en común algunas de sus dificultades y pueden sentirse seguras de hablar cuáles son sus miedos y su forma diferente de manejar tanto la adicción como la salud mental”.
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