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Todas las comunidades autónomas suspenden en la gestión del lobo, según WWF

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MADRID, 06 (SERVIMEDIA)

Todas las comunidades autónomas con manadas de lobos ibéricos suspenden en la gestión de conservación de esta especie y su convivencia con actividades humanas como la ganadería extensiva, aunque se han producido mejoras desde 2021 -cuando este gran carnívoro fue declarado especie protegida en toda España, es decir, que no se puede cazar-, principalmente en la compensación de daños a ganaderos gracias al reparto de fondos públicos para ello.

Esas son las principales conclusiones del informe ‘¿Hacia la coexistencia o el conflicto? Análisis de las políticas autonómicas para la conservación del lobo’, elaborado por WWF España y presentado este jueves en una rueda de prensa en Madrid por el coordinador de conservación de esta organización, Luis Suárez.

El informe se presentó coincidiendo con la entrada en vigor este jueves de un cambio normativo en el Convenio de Berna que rebaja el estatus de protección del lobo, que pasa a ser una especie “protegida” y no “estrictamente protegida”. Ello abre la puerta a modificar la Directiva Hábitats para matar poblaciones de ese gran carnívoro.

El lobo ibérico es una especie protegida en toda España desde el 22 de septiembre de 2021, momento en que entró en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) y en que dejó de ser cinegética al norte del Duero, con lo que su caza deportiva está prohibida en todo el país.

“MUCHO RUIDO”

Este cambio de modelo ha generado “mucho ruido”, según reconoció Suárez, puesto que algunos partidos políticos, singularmente el PP y Vox, y varias comunidades autónomas (las ubicadas al norte del Duero), pretenden volver a la situación anterior a 2021. “Hay mucha promesa fácil de que la solución a todos los males es seguir matando lobos”, comentó el representante de WWF.

Suárez apostilló: “El lobo es un símbolo no solo para quienes consideran que es un enemigo, sino también para quienes trabajamos en la conservación de la naturaleza. Es un rehén de una parte de la sociedad, determinados partidos políticos y determinadas comunidades autónomas, que lo convierten en el chivo expiatorio de lo que ocurre en el campo y el responsable de todos los males del campo, cuando realmente no debería tener esa consideración”.

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CUATRO PARÁMETROS

El lobo ibérico está ahora en 12 comunidades autónomas, divididas en tres categorías: con presencia histórica en los últimos 50 años (Asturias, Cantabria, Castilla y León, y Galicia), que aglutinan el 95% de las manadas; de reciente recolonización en la última década (Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, La Rioja y País Vasco), y con presencia esporádica de ejemplares sueltos (Aragón, Cataluña y Extremadura).

El informe de WWF analiza la convivencia del lobo con las actividades ganaderas en 11 comunidades autónomas, todas las mencionadas salvo Extremadura e incluyendo Andalucía, que hasta hace poco contó con una población aislada en Sierra Morena (Jaén), la más al sur de la península, pero ahora está oficialmente extinta.

El análisis se basa en cuatro parámetros: la prevención de daños del lobo a la cabaña ganadera (con perros mastines, vallado, pastores eléctricos, etc.), la compensación de daños en casos de ataques (primas por actividad ganadera en zonas loberas, el pago del lucro cesante o costes añadidos como gastos veterinarios o un menor rendimiento de los animales tras un ataque), la participación y la transparencia (con mesas o plataformas oficiales sobre el lobo para facilitar el diálogo entre personas afectadas) y la planificación y la conservación (un seguimiento de poblaciones de lobos, la lucha contra el furtivismo o la existencia de planes para conservar la especie).

Cada uno de esos apartados se valora con un máximo del 100%, que es, paradójicamente, el mínimo deseable por WWF para una buena coexistencia entre lobos y actividades ganaderas. Y de esos cuatro, se extrae una media para inferior la nota media de cada comunidad autónoma. Las valoraciones se hicieron con peticiones formales de información a los gobiernos regionales, el rastreo de fuentes oficiales y la consulta a personas expertas en el lobo.

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CALIFICACIONES

Solamente una comunidad autónoma está “en el buen camino”, según Suárez, que es Cataluña, con un 81% de nota media, pese a que carece de manadas reproductoras. Esa calificación alta se debe a que, tras recibir los primeros lobos, activó una mesa social en 2023 que trabaja de forma proactiva en la convivencia con los ganaderos.

En cambio, tres comunidades reciben una nota “insatisfactoria” (Andalucía, con un 28%; Aragón, un 44%, y Castilla-La Mancha, un 49%).

Las comunidades con presencia histórica de lobos obtienen notas dispares: un 55% Castilla y León, un 56% Asturias, un 58% Cantabria y un 63% Galicia. Otras valoraciones corresponden a Madrid (56%), La Rioja (58%) y las diputaciones forales vascas de Vizcaya (60%) y Álava (71%).

La compensación de ataques es el apartado con una valoración media más elevada. No obstante, los pagos tardan más de seis meses en muchas comunidades autónomas, los trámites para recibirlos son complejos o no cubren costes adicionales, como el lucro cesante o los gastos veterinarios.

Galicia es la mejor valorada en prevención de daños (78%), como Cantabria en compensación de daños (88%) y Cataluña en participación y transparencia (100%), y en planificación y conservación (93%).

MEJORAS

Pese al suspenso general, WWF ha percibido mejoras desde 2021, sobre todo en compensación de daños. “Nunca ha habido tanto dinero como ahora”, indicó Suárez, quien recordó que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ya puso encima de la mesa 20 millones de euros en 2022.

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Con todo, WWF reclama a los gobiernos autonómicos que mejoren la financiación de las medidas de prevención, promover pagos ágiles y compensaciones justas, crear mesas de diálogo e impulsen la lucha contra el furtivismo, entre otras medidas.

También pone deberes a los ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (promover criterios estatales comunes sobre daños al ganado, transferir fondos regularmente y en tiempo para que los ejecuten las comunidades y establecer una mesa nacional del lobo), y de Agricultura, Pesca y Alimentación (aprobar la Estrategia Estatal para la Ganadería Extensiva).

SIN “CRECIMIENTO EXPONENCIAL”

El Gobierno debe enviar el próximo julio a la Comisión Europea un nuevo informe sexenal sobre la situación del lobo ibérico en España. El último de ellos indicaba que esta especie estaba en un momento “desfavorable”.

Suárez subrayó que Castilla y León, que cuenta con cerca del 75% de las manadas, ha experimentado un crecimiento “mínimo” de menos de un 10% en una década, mientras las poblaciones en Portugal han descendido.

“No ha habido un crecimiento exponencial, aunque insistan algunos”, indicó Suárez, quien censuró el discurso de algunos gobiernos autonómicos de que el Ejecutivo central está “obcecado” en proteger al lobo y cuando Pedro Sánchez deje de estar en La Moncloa “se va a volver a matar lobos”.

“Eso hace que buena parte del sector reclame que se vuelva a matar lobos, lo cual nos parece, sinceramente, un gran engaño. Primero, porque ese modelo lo teníamos antes y el conflicto social iba subiendo cada vez más provocaba, a su vez, más rechazo. La ciencia nos dice claramente que matar lobos no sirve. Solo sirve si matas muchos lobos. Claro, si te cargas tres cuartas partes de una población de lobos, reduces los daños. Pero eso es ilegal”, concluyó.


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