El grupo denuncia “una manipulación deliberada” para “dañar” su imagen y alerta a la ONU de las “manipulaciones de Kinshasa”
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) ha rechazado las acusaciones de Naciones Unidas sobre el secuestro de 130 pacientes en dos hospitales situados en el este de República Democrática del Congo (RDC) y ha afirmado que se trataba de “militares” que “se habían escondido” en estas instalaciones médicas.
“Nuestra organización nunca ha atacado hospitales, iglesias, escuelas o cualquier otra institución civil, ni en el pasado ni durante las operaciones de estabilización en las zonas liberadas”, ha señalado la Alianza Río Congo (AFC), encabezada por el grupo, a través de un comunicado publicado en su cuenta en la red social X.
“La operación llevada a cabo contra 130 elementos de las Fuerzas Armadas de RDC esconcidos en hospitales fue ejecutada de forma rigurosamente pacífica y en total cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario”, ha dicho, antes de denunciar “una manipulación deliberada para dañar la imagen del movimiento”.
Así, el portavoz de la AFC y del M23, Lawrence Kanyuka, ha insistido en que “bajo ninguna circunstancia se han atacado hospitales” y ha argumentado que “por el contrario, las fuerzas han garantizado la seguridad de estas instalaciones para proteger el acceso a la atención médica de aquellos que la necesitaban de forma urgente”.
“Es buen conocido que la AFC/M23 es la entidad que respeta de forma más rigurosa las obligaciones bajo las Convenciones de Ginebra”, ha reiterado, al tiempo que ha aseverado que “las acciones llevadas a cabo buscaban únicamente neutralizar a elementos armados ilegales ye vitar crímenes contra la población”.
En este sentido, ha puntualizado que “cualquier interpretación” que sugiera una violación del Derecho Internacional por parte del grupo “no sólo es infundada, sino que supone una distorsión intencionada de los hechos “para dañar su reputación” y “socavar” la confianza de millones de personas en el M23.
Por ello, ha reclamado al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, que “rechace cualquier interpretación errónea y maliciosa de estos hechos” y que “tenga cuidado frente a las manipulaciones del régimen de Kinshasa”, en referencia a las autoridades centrales del país africano.
La oficina de Turk se mostró el lunes “profundamente preocupada” por el “secuestro de pacientes” por parte del M23 después de sendas redadas en los hospitales CBCA Ndosho y Heal Africa en la noche del pasado viernes bajo el pretexto de que en las instalaciones se escondían militares del Ejército de RDC o miembros de las milicias progubernamentales Wazalendo.
El M23, integrado principalmente por tutsis congoleños, ha logrado importantes avances territoriales durante las últimas semanas, una ofensiva que ha llevado a RDC a acusar directamente a Ruanda de desplegar tropas en su territorio para apoyar las operaciones del M23, en medio de los llamamientos regionales a un alto el fuego y un proceso de paz.
Por su parte, las autoridades ruandesas acusan al Gobierno de RDC de reprimir a los tutsis congoleños, que suponen una minoría en el este del país africano, con apoyo de grupos armados como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) –fundada por hutus huidos tras el genocidio en Ruanda en 1994– y otras milicias locales.
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