
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Científicos han medido en tiempo real la concentración de contaminantes atmosféricos de los incendios forestales y las quemas controladas gracias a la implementación de un sistema de monitores portátiles ligeros y no invasivos, integrados en la indumentaria de los bomberos. Con ello, buscan establecer medidas que permitan combatir mejor los incendios forestales extremos.
La investigación ha sido elaborada por expertos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), en colaboración con los Bomberos de la Generalitat de Cataluña, y se ha desarrollado en el marco del proyecto europeo FIRE-RES, coordinado por el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC). Los sensores optimizados que se han utilizado han permitido obtener datos inmediatos sobre la exposición a partículas finas menores de 2,5 micrómetros (PM2.5) y hollín, dos contaminantes perjudiciales presentes en el humo de los incendios.
Así, el estudio ha revelado que las concentraciones de estos compuestos son comparables en incendios forestales y en quemas prescritas, lo que convierte a estas últimas en un escenario útil para evaluar la exposición de los bomberos en condiciones más controladas y menos complejas que las que presentan los incendios forestales reales. Si acaso, los picos de las partículas finas son más altos durante las quemas controladas, aunque la exposición total es mayor en los incendios forestales debido a que su duración es, generalmente, más prolongada.
Según los autores, los resultados abren nuevas posibilidades para mejorar la seguridad en la lucha contra los incendios forestales y en la protección de los equipos de emergencia frente a la exposición a sus contaminantes. Además, la diversidad de condiciones geográficas, ecológicas y de quemado analizadas garantiza que los resultados sean representativos no solo de Cataluña, sino también de biomas mediterráneos más amplios, lo que refuerza la relevancia del estudio para otras regiones situadas más allá de la cuenca mediterránea.
Mar Viana, investigadora en el estudio, ha indicado que han adaptado los instrumentos de medición de la calidad del aire urbano a condiciones extremas dadas las dificultades de acceso a zonas afectadas por los incendios limitaban la obtención de datos en tiempo real. Esto permite una recogida y seguimiento de datos precisa y segura sobre la exposición y la calidad del aire en entornos de incendio.
Barend van Drooge, compañero suyo en el estudio, ha explicado que uno de los hallazgos más sorprendentes de la investigación ha sido que las actividades de postcombustión, como las tareas de limpieza o de extinción final, presentan una exposición más elevada a contaminantes de lo que se pensaba. “Esto subraya la importancia de mantener medidas de protección –a menudo utilizadas solamente durante las tareas de combustión– también durante estas actividades, que no implican contacto directo con el fuego”, ha recalcado.
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